“Ningún boxeador permite que le den una opinión para administrar su dinero, y cuando se les acaba el dinero al primero que le echan la culpa es al boxeo”, palabras de José Sulaimán, ex presidente del Consejo Mundial de Boxeo. En febrero de 2004, a sus 38 años de edad, Mike Tyson visitó Tlajomulco de Zúñiga, estaba en la ruina. En su cuenta bancaria tenía 55 mil dólares, después de haber ganado más de 450 millones de dólares en una carrera que desarrolló en los cuadriláteros. En 2005 se retiró. Es histórico, el boxeador que inicia su ascenso a la popularidad es blindado por un séquito de aduladores que lo van acompañando en su carrera para aplaudirle sus éxitos, para festejarlo en fiestas, después en restaurantes, en hoteles de lujo, pagado todo por el boxeador, boletos de avión incluidos, además de exponerle brillantes ideas para invertir su dinero quién sabe en qué. Amigos que desaparecen cuando ya está en la ruina el boxeador. En 2000, Tyson se dio una vuelta a Londres, antes de enfrentar a Julius Francis en Manchester, Inglaterra, y dio la nota, medios de todo el mundo publicaron cómo el estadounidense despilfarraba su dinero, rodeado de un séquito de aduladores, en dos horas gastó más de un millón y medio de dólares: coches deportivos, trajes, joyas, relojes, arte. Mike Tyson gastaba 400 mil dólares mensuales para mantener su estilo de vida, compraba mansiones, motos, tigres siberianos, pero el tiempo le cobró la factura, sus puños ya no regresaban el dinero suficiente para pagar sus compromisos, así que se llenó de acreedores, quienes lo persiguieron para que pagara sus deudas. Uno de sus acreedores, el ex entrenador de sus tigres, Carl Mitchell, declaró a la prensa que una vez escuchó que su jefe decía: “A nadie le importa un carajo lo que me pasa. Están conmigo sólo por el dinero. Y porque soy Mike Tyson”. Publicó Clarín.Mike Tyson regresó el sábado al boxeo, se puso los guantes para enfrentar en pelea de exhibición a Roy Jones Jr., en el cuadrilátero del Staples Center en Los Ángeles, California. Cobró 10 millones de dólares. Su adversario, un millón de dólares. El oriundo de Brooklyn, a sus 54 años de edad, volvió a cimbrar al planeta, desde su indumentaria clásica, calzoncillo y zapatillas al estilo Joe Louis o Ray “Sugar” Robinson, y con un físico bien trabajado en el gimnasio, dejó en claro que tomó el compromiso de exhibición con seriedad. Cualquier aficionado sabía que en esta reunión de legendarios no habría golpes fuertes. El siguiente en la lista para Tyson debe ser Evander Holyfield, habrá muchos millones de dólares, en otra pelea de exhibición… Y por ahí estaré atisbando.
