Ambos son populistas y mentirosos; ambos tienen avidez por el poder; ambos no tienen empacho en exhibir su ignorancia; ambos se sienten auténticos representantes de las masas o del pueblo; ambos mantienen una batalla en contra del sistema establecido; ambos están en contra de las elites de la sociedad y solo atienden -supuestamente- al pueblo bueno y sabio; ambos odian a la prensa libre y constantemente la critican; ambos han gobernado en muchas ocasiones por encima de la ley y ambos exigen lealtad incondicional, si no, son traidores quienes se oponen. En síntesis, Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump ‘están cortados con la misma tijera’.Y esta semana, ambos dieron una muestra más de sus mentiras, de su doble cara y discurso.Desde el 6 de febrero de 2012 -hace más de diez años-, durante la campaña presidencial y en la antesala de la elección, Lopez Obrador difundió un video en Youtube en donde decía que si ganaba la elección del primero de julio, se comprometia “a regresar a los cuarteles al Ejército en seis meses” después de tomar posesión. Y dijo muy claro que “no debe de seguir exponiéndose al Ejército, ni socavarlo. Regresarlo en la medida que va profesionalizando la policía y eso nos llevará seis meses”. Quedó grabado y en los siguientes ocho años lo repitió en infinidad de ocasiones.Mientras que Donald Trump, en septiembre de 2016, el entonces candidato republicano durante el primer debate de campaña con Hillary Clinton dijo que “la mafia se acoge a la Quinta Enmienda” -de la Constitución estadounidense que protege a las personas de ser obligadas a testificar en su contra-, haciendo referencia a que los asistentes de la ex primera dama y secretaria de Estado habían optado por acogerse a la enmienda para no declarar en la investigación que el Congreso hacía sobre el uso del servidor privado -los correos electrónicos- de la entonces candidata presidencial. Y en esa ocasión el mismo Trump se preguntó, “si eres inocente, ¿por qué aceptas la Quinta Enmienda?”.Bueno, por lo que corresponde a López Obrador, diez años más tarde -el lunes pasado en la mañanera- fue tajante al señalar que “ya, por acuerdo de la presidencia, pasa la seguridad que tiene que ver con la Guardia Nacional, completa, ya pasa a la Secretaría de la Defensa; ya la cuestión operativa está a cargo de la Secretaría de la Defensa”. No regresó al Ejército a sus cuarteles, militarizó a la Guardia Nacional -cuando fue creada el 26 de marzo de 2019 mediante un decreto presidencial en donde se establece que deberá ser una corporación de carácter civil- y ha posicionado al Ejército en una serie de responsabilidades ajenas a su función principal -militarizando muchas áreas- que es defender la soberanía e integridad de la nación.Y en lo que se refiere a Trump, el pasado miércoles se acogió a la Quinta Enmienda y se negó a responder a las preguntas de la Fiscal de Nueva York, en el marco de la investigación sobre las prácticas comerciales del expresidente. ¿Entonces debemos de interpretar -de acuerdo a sus propias palabras de Trump- que él pertenece a la mafia?Con estos antecedentes de López Obrador y Donald Trump cabe el refrán de ‘más pronto cae un hablador que en un cojo’, además de demostrar su doble discurso, calidad de embusteros, farsantes y comprobar su hipocresía. ¿Usted, qué opina?daniel.rodriguez@dbhub.net