Tal como se esperaba, el Gobierno estatal que encabeza Enrique Alfaro aprovechó ayer el marco de la conmemoración del 102 Aniversario de nuestra muy trastocada y reformada Constitución Mexicana, para presentar al Legislativo local una iniciativa para instalar un Congreso Constituyente que reescriba por completo la Constitución de Jalisco.Como lo comenté aquí la semana pasada, el Gobierno alfarista no llegó en su mejor momento para proyectar con la mayor fuerza posible la piedra angular de la vocación refundacional que autoasignó como tarea principal y distintiva a su gestión sexenal.Por mucho, el arranque de administración no ha sido el deseado por los naranjas y sus aliados. El frente abierto con el Gobierno federal por el desabasto de gasolina y los reclamos frontales a Andrés Manuel López Obrador, el Presidente más popular y poderoso de la historia reciente del país, ha cobrado un desgaste considerable al gobernador entre muchos de los que votaron por él el 1 de julio, pero también por AMLO. El albazo en el Congreso para extinguir el Instituto Jalisciense de las Mujeres y las confrontaciones previas que tuvo con las feministas y diversas organizaciones sociales que consideraron esta decisión como un retroceso en la lucha histórica por la igualdad de género también lo afectó. Al igual que sus recurrentes descalificaciones al trabajo periodístico que evidencia su poca apertura y tolerancia a la crítica. También ayer distinguidos filántropos jaliscienses cuestionaron el no haber sido tomados en cuenta, ni siquiera para avisarles que de un plumazo se cerraría el Instituto Jalisciense de Asistencia Social (IJAS).Estos episodios han provocado un inicio accidentado que ya cobró factura en la popularidad de Alfaro, a menos de dos meses de Gobierno, y que se ha manifestado en eventos públicos y en las redes sociales, que antes eran su más sólida y socorrida fortaleza.En su equipo más compacto hay ya preocupación. Por eso buscaron que la presentación del proyecto clave para la Refundación de ayer, fuera también una especie de relanzamiento del joven Gobierno alfarista.La pregunta sería si en ese replanteamiento se contempla también una dosis indispensable de reconciliación con los actores nacionales y locales con los que hay evidentes tensiones que no les favorecen a ellos como autoridades entrantes, y que afectan también el desarrollo de Jalisco.En ese sentido sería deseable una especie de Triple ‘R’ alfarista, que implique la ecuación Refundación-Relanzamiento-Reconciliación.Un relanzamiento que signifique un alto y un reinicio más armónico que propicie un terreno más fértil para recibir el ambicioso proyecto de la refundación, y una reconciliación que garantice la participación de todos, aliados y no aliados, en la construcción de un nuevo acuerdo social como se ambiciona. Una nueva relación entre Gobierno y ciudadanos, como se dijo ayer, se busca con una nueva Constitución en Jalisco, no se puede lograr con una relación actual rota.jbarrera4r@gmail.com
