Al comenzar la cuarta semana de las campañas electorales, queda claro que la agenda importante para los habitantes de la ciudad y del Estado no la marcan los candidatos, no importa que sean tantos como los que han podido postular 13 partidos políticos y la coalición PAN-PRI-PRD en la elección federal.Entre los conocedores se ha convertido en hábito desacreditar las campañas políticas. Cada tres años sucede casi lo mismo: se menciona pobreza de ideas, guerra sucia, lucha de encuestas “cuchareadas” y tendencia a desacreditar antes que proponer.La verdad, la mayoría de las veces se exagera.Pero en este proceso electoral en particular, debido primero a la abundancia de partidos políticos y candidatos (ellos y ellas), se han hecho notar los improvisados, los desconocedores, los que no tienen siquiera una idea cercana de lo que harían en un gobierno municipal o en una curul en el Congreso del Estado.Pero además, ocurre que durante este año electoral, enfrentamos fenómenos como la creciente violencia que ha hecho de Jalisco una de las entidades federativas con más homicidios dolosos en el país (nuestro trágico promedio es de siete asesinatos diarios); además, están los desaparecidos, que han motivado tantas manifestaciones que se ha perdido la cuenta.Una serie de coincidencias acaecidas en las dos anteriores semanas, dejaron como resultado que una familia primero, un grupo nutrido después y por último, dos hermanos, que habían sido todos privados de su libertad, reaparecieran con salud y con vida.Eso ha motivado que muchas, muchas otras personas que lloran la desaparición de seres queridos, exijan también la diligencia de las autoridades.Pero además de los hechos de inseguridad, también han ocurrido decenas de incendios junto con una sequía que se hace crónica y alarga la escasez de agua en varias zonas de la ciudad, en municipios como Guadalajara, Zapopan y Tlaquepaque.¿Y qué decir de la economía? No sólo Jalisco, sino el país completo, encara un aumento de precios en productos de consumo elemental. El fenómeno económico es complejo y abundante en aristas: lo mismo se argumenta que sobrellevamos consecuencias de la pandemia que decisiones equivocadas de autoridades federales. El hecho es que el tema se convierte en preocupación cotidiana para millones.Y por si no fuera suficiente está el proceso de vacunación: accidentado, desorganizado, lento.No es panorama sencillo para ningún candidato.Pero no es justificable que centenares aspirantes a un cargo público recorran las calles, visiten los tianguis, toquen puertas casa por casa u organicen eventos grupales para hacer promesas en las que únicamente se cuenta con la garantía de su palabra y su intención de cumplir.Ellas y ellos, los candidatos, están desbordados por las inquietudes y la problemática que ha marcado el año 2021, y han carecido casi todos, de propuestas concretas y medibles; que se puedan reflejar en un método y un porcentaje presupuestal. Y sobre todo… les ha faltado reconocer cuáles son los límites de sus proyectos. Pretenden tener respuestas para todo cuando realmente no tienen ninguna.Las campañas 2021 están por convertirse una anécdota olvidable en contraste con una realidad que exige soluciones.jonasn80@gmail.com / @jonasJAL
