Dentro de la convulsión provocada por la toma del Capitolio en Washington y de la forma cómo se afrontó el problema desde el aspecto de la seguridad, surgen interrogantes que dejan dudas sobre sobre la equidad del trato que se le dio a los manifestantes.Solo cabe recordar las escenas que se produjeron a principios de junio del año pasado cuando manifestantes de color se pronunciaban frente al monumento de Abraham Lincoln en contra de la acción policiaca que causó la muerte de George Floyd. En esas inéditas postales, decenas de la miembros de la Guardia Nacional, con los rostros cubiertos en la escalinata, mostraban una escenografía que solo se podía imaginar en una película de ciencia ficción. Los manifestantes con el puño alzado, los helicópteros sobrevolaban de manera amenazante y el monumento rodeado de militares.El miércoles fue una historia muy diferente. A pesar de esperar la masiva manifestación que se esperaba las medidas preventivas fueron diferentes. Surge la pregunta, ¿por qué?. Fue un descuido de la Seguridad Nacional o premeditado por saberse de quienes venían las protestas. Han surgido las suspicacias si hay un manejo diferente cuando se trata de una protestas de gente de color o de supremacistas blancos.El año pasado hasta medidas de toque de queda se tomaron antes del evento. Este miércoles, ante la evidencia que se tenía y de la convocatoria del mismo Trump a su mitin (conociendo la intención de la provocación) las acciones eran previsibles y por lo tanto prevenibles.Pero al margen de la duda, solo hay una consecuencia. Conforme pasan las horas después de la toma del Capitolio estadounidense son más las voces que se levantan porque se tomen medidas en contra del mandatario. La líder de la Cámara, Nancy Pelosi, pide la aplicación de la Enmienda 25 de la Constitución por “la incapacidad’ que tiene para el cargo y “la insurrección provocada y la sublevación recomendada”, mientras que otros legisladores, incluso de su mismo partido, se pronuncian por un juicio político (impeachment) exprés y que no se corran riesgos en los días que quedan hasta el 20 de enero cuando Joe Biden asuma el poder. Algunos republicanos hablan de la ‘inestabilidad’ del mandatario, que es motivo suficiente para actuar de inmediato.Las renuncias alrededor de Trump se iniciaron desde el pasado 23 de diciembre cuando el procurador William Barr dejó el cargo. Este jueves lo hizo la Secretaria de Transporte Elaine Chao. Varios funcionarios menores de la Casa Blanca han seguido el mismo camino. El Presidente se queda solo conforme pasan los minutos.Y es que con una persona como Trump, nunca se sabe cuál va a ser el siguiente paso, más cuando está cercado, abandonado y perdido. ¿Usted, qué opina?
