Ni la confirmación de la llegada de la variante Delta del SARS-CoV-2 a Jalisco ni el reconocimiento del propio secretario de Salud de que una tercera ola de contagios podría darse en julio o en agosto si se seguían relajando las medidas sanitarias de prevención, hizo que las autoridades estatales recurrieran nuevamente a los “botonazos” para restringir actividades y llamar al aislamiento y distanciamiento social ante el aumento de casos en la última semana. Se optó por seguir privilegiando la recuperación económica y apelando sólo a la responsabilidad individual para protegerse y no ser parte de la cadena de contagios que de mayo a junio aumentaron un 62 por ciento al pasar de 779 a mil 412 casos.Otros indicadores que marcan un claro repunte de casos de COVID-19 es que los índices de positividad rebasaron nuevamente el 5 por ciento y los casos de hospitalización subieron al 17 por ciento.Aunque la mayoría de los ciudadanos relajaron los cuidados como el uso del cubrebocas y la sana distancia por que los adultos de la tercera edad o ellos mismos ya fueron vacunados es necesario advertir que la población que ha recibido las dosis anticovid es de apenas un 42 por ciento (15 por ciento con la doble dosis o las vacunas de una sola aplicación y entre el 20 y el 25 por ciento a los que falta una segunda dosis), lo que tiene en riesgo a más del 50 por ciento de los jaliscienses.Más aún porque hay múltiples casos ya confirmados que se presentaron en pacientes que ya habían sido vacunados y no fueron inmunes a la infección, así como por el hecho que hasta que el 70 por ciento de la población esté vacunada bajará el riesgo de contagiarse. Tampoco se puede perder de vista que la nueva cepa del coronavirus Delta es mucho más contagiosa que la descubierta a fines del 2019 en Wuhan, China. La primera tenía una tasa de contagio de 2.5, mientras que la delta es hasta de 8 posibles infecciones por cada caso que resulta positivo.Pese a todo este panorama de riesgo, en el gobierno estatal apostaron por no volver a las restricciones que prácticamente se dejaron de exigir desde mediados de febrero luego de los picos más altos de positividad, muertes y saturación hospitalaria.Las únicas acciones anunciadas el lunes luego de que sesionó la mesa de salud, es que Jalisco plantearía al Presidente Andrés Manuel López Obrador reforzar la estrategia de vacunación, aumentar el número de pruebas, así como la supervisión más rigurosa a antros y bares que siguen viendo como los principales puntos de contagio, sin que nada digan de las unidades del transporte público donde los transportistas siempre han sido omisos en cuidar la sana distancia de los usuarios. Así pues se siguió sin cambios el llamado “Plan Jalisco ante la Pandemia 2021: Adaptación, convivencia y responsabilidad social” anunciado en febrero en circunstancias distintas. Sin duda una decisión de alto riesgo de la que ojalá no nos tengamos que arrepentir. La renuncia de la autoridad estatal a retomar las restricciones que tomó hasta los primeros 10 meses de la pandemia tendrá que ser solventada exclusivamente con una indispensable doble dosis de responsabilidad individual que la gran mayoría no cumple, lo que podría provocar un nuevo brote que los primero que cancelaría sería el regreso a clases presenciales en agosto próximo. Veremos.
