Aunque en el gobierno estatal lo festejaron con bombo y platillo, es altamente probable que con las reformas a la Constitución Política del Estado de Jalisco aprobadas la semana pasada en el Congreso, con 34 votos a favor y 4 en contra para establecer un Sistema Tributario Estatal, pase lo mismo que lo que sucedió con la reforma para incluir la figura del Congreso Constituyente, que era, en teoría, el primer paso para una eventual redacción de una nueva Carta Magna estatal, y cumplir así el eje y promesa central de lo que fue la campaña político-electoral de Enrique Alfaro. El tema de la Refundación de Jalisco que tanto promocionó el gobernador desde su llegada al poder nunca se logró colocar en la conversación pública como un proyecto prioritario, ni enganchar entre los ciudadanos como el gran sello sexenal, por eso pasó sin pena ni gloria la aprobación en el Legislativo de la iniciativa que envió el mandatario estatal el 5 de febrero de 2019, Día de la Constitución, para reformar el Artículo 117 bis y encaminar la preparación de una nueva Constitución. Sin duda, para que este proyecto no transitara como lo anhelaba el gobierno naranja fueron determinantes los sobresaltos, frentes abiertos y titubeos que tuvo el arranque de la actual administración, y que en nada contribuyó a convocar a un diálogo amplio y plural, ni abonó a crear un ambiente de reconciliación que propiciara el debate para decidir si era o no prioritario renovar la Constitución.Por la poca participación que hubo en la consulta sobre el Pacto Fiscal a la que convocó el gobierno estatal en cuatro fines de semana en noviembre y diciembre pasados, este tema tampoco pareció despertar la emoción ni dentro ni fuera del gobierno. Es sintomático, por ejemplo, que ni siquiera el gobernador haya cumplido con la gira por el país que anunció luego de la consulta para impulsar una convención nacional hacendaria. Por eso la reforma de la semana pasada que faculta al Congreso para que ratifique también la celebración de convenios fiscales e incluso que el Ejecutivo termine la relación fiscal con la federación, parece más una decisión política de tener una consecuencia legislativa por la consulta.De hecho se apagaron ya los fuertes y airados reclamos que como gobernador electo y en funciones le hizo Alfaro al Presidente Andrés Manuel López Obrador, al grado de encabezar la Alianza Federalista de gobernadores que fue también fugaz. Así, la bandera y causa fiscal se guardarán también para evitar más ríspidos enfrentamientos con el gobierno de la autollamada cuarta transformación, pese a que siempre se le reclamó un trato fiscal injusto.jbarrera4r@gmail.com