Esta elección es francamente muy extraña. Y es que, por razones de la legislación, a los precandidatos – que en realidad son puros candidatos – se les impide hacer lo que cualquiera esperaría que hicieran: que plantearan qué quieren para el país, cómo lo van a lograr, por qué ellos sí y por qué los otros no. En lugar de eso durante estos días nos han recetado una cantidad de noticias absolutamente irrelevantes sobre lo que hacen o dejan de hacer ellos, sus esposas o sus hijos.Así, viendo que quizá se encuentren limitados en opciones, y dado que lo que muestran todas las notas es un lastimero intento por humanizar al candidato, sugerimos las siguientes actividades para lograr conectar a un nivel personal con el votante promedio.(i) En primer lugar proponemos que salga un clip del precandidato gritando improperios a la tele cuando su equipo deportivo vaya perdiendo. Así, mucho nos dirá qué juego están viendo para ver con qué target se pretendía conectar, por ejemplo podemos ver fácilmente a Anaya viendo un juego de la NFL, a Meade un partido de badmington y al Peje viendo un duelo de beisbol de equipos nicaragüenses.Como sea, lo que se pretende es exhibir al candidato como un ciudadano más, por lo que el cuarto de tele debe estar ligeramente desordenado y, para hacer más real el asunto, debe mostrarse que durante el juego le estuvo entrando a una bolsa de las grandes de Paketaxo.(ii) También ayudaría a bañar al candidato en un aura de pueblo el que le batallara en la mañana por subirse al camión. Así podría ser primero un plano en el que el culei del chofer no le dio la parada por gacho, solo para rematar con una segunda toma de nuestro popular precandidato trepado por fuera del chato esquivando los postes mientras mira hacia el futuro con una sonrisa que de tranquilidad al electorado.(iii) Muy nacionalista se mostraría quien fuera a quien “sorprendieran” los medios en una cantina – sonándose una caguama con los cuates – y animándose a darse unos toques – no de esos – eléctricos.Así, a risa y risa, uno podría imaginarse siendo íntimo amigo de quien va a resultar ser el preciso y sin la menor duda podría estampar la cruz de su voto sobre el logo partidista que lo postule.(iv) Finalmente, para darle el toque humano y familiar, no podría faltar una escena de nuestros futuros funcionarios en una entrevista con la maestra de su hijo en la cual ésta revele cómo es que el niño ha estado faltando a sus deberes y charoleando con que, cuando su papá sea presidente, va a correr a quien sea que lo haya fastidiado.Esencial será que a la salida, se grabe cómo el candidato le metió un buen zape al muchacho, dejando claro que los tiempos del nepotismo y del agandalle se acabarán para siempre.
