Es un consuelo, en sus actuales circunstancias, que el triunfo del Guadalajara, como visitante del Veracruz, le sirviera para salir del hoyo…Aunque el resultado le permitió abandonar, de momento, el sótano de la clasificación general, el desempeño del equipo no representa, en cambio, ninguna garantía de que el campeón en vías de dejar de serlo consiga enderezar el rumbo en la recta final de la campaña, pendientes como están las batallas en que llevará a Tijuana, Atlas y León como adversarios, sin ninguna certeza de que a todos, sin falta, los pasará a cuchillo.*A la victoria de anoche en el “Pirata” Fuente hay que darle su justa dimensión. Fue lograda a pulso porque exigió un gran esfuerzo, considerando el hándicap de los aspectos climáticos. Y fue doblemente meritoria; primero, por el aplomo que permitió poner en la lona a un Veracruz que había malogrado sus oportunidades, con los dos goles del primer tiempo; (el de Benítez, por cierto, a pase en bandeja de Beltrán —dos de las caras nuevas que Matías Almeyda puso en la alineación, a la vista de que la que utilizaba ordinariamente ya había probado su inoperancia—, fue un golazo: una de las joyas de la jornada por su confección talentosa y por la definición magistral); y fue meritoria, después, porque los rayados tuvieron que sacudirse fantasmas de varios fracasos recientes —Lobos-BUAP y América, concretamente— cuando los “Escualos” lograron empatarles la pizarra.El gol de la victoria, de “Chofis” López, fue un punto a favor de un jugador que en esta campaña se ha estancado, pero del que aún se espera la reacción que le permita no sólo salvarse de la “purga” que previsiblemente hará la directiva rojiblanca al final de la campaña, sino, sobre todo, trascender del nivel de eterna promesa… como tantas que ha habido en el futbol mexicano.*Si el Guadalajara, como ya se dijo, salió —momentáneamente, al menos— del hoyo con su victoria, el Atlas, con la suya –la tercera en los últimos cuatro encuentros disputados—, además de que le dio un respiro en la tabla de cocientes, representa una aproximación promisoria a la zona de “liguilla”: una perspectiva que puede materializarse si se combinan resultados positivos en las jornadas postreras —ante Querétaro, Guadalajara y Pachuca— con los pasos erráticos que Toluca, Cruz Azul, Tijuana y el propio Pachuca han tenido a últimas fechas.
