Convendrá que los amantes de anticipar vísperas tomen nota: que la Selección mexicana haya empatado ante la quinta potencia del futbol a nivel mundial (Bélgica) y haya vencido a la sexta (Polonia) —en partidos amistosos, valga el subrayado—, no debe interpretarse como un cheque al portador que garantice que sólo las cuatro escuadras mejor clasificadas en el ranking de la FIFA (Alemania, Brasil, Portugal y Argentina) tienen derecho a ver al Tri por encima del hombro, ni representa ninguna garantía de que en el Mundial de Rusia 2018 el Tri tenga asegurada la participación en el quinto partido… y, por lo tanto, un sitio entre los ocho mejores.*A contrapelo de la euforia de algunos “entendidos”, que decidieron echar a vuelo las campanas tras la victoria del lunes sobre Polonia, Juan Carlos Osorio volvió a dar cátedra de mesura al señalar que el balance de la mini-gira europea demuestra, sí, que “hay capacidad de competir de igual a igual con casi todos” —ojo: ¡“casi todos”!—… pero, también, que “hay muchos factores qué mejorar”.Es previsible que en los pocos partidos que disputará el Tri antes del Mundial, Osorio trate de reforzar los puntos flacos de su equipo; los laterales, principalmente. Es de suponerse asimismo que las exigencias aumentarán para jugadores como Vela y Giovani, cuyo nivel futbolístico actual está muy lejano del de sus mejores versiones.*Por lo demás, vale insistir en que, aunque sus críticos se aferran a que “no hay un cuadro titular” —y él mismo no parece muy interesado en sacarlos de su error—, Osorio, según todos los indicios, ha puesto sus preferencias en jugadores que militan en cuadros europeos: Ochoa, Layún, Salcedo, Moreno, Reyes, Guardado, Herrera, Jona, Jiménez, Lozano, “Chicharito” y “Tecatito” (12 en total), más Fabián y Márquez (con los que serían 14) si están listos para entonces.La predilección por ellos —sin descalificar a los Corona, Araujo, Aquino, Peralta, quizás Elías Hernández y algunos más— se justifica: si juegan en Europa es por algo; y si juegan en Europa, un par de aspectos les confieren ventaja sobre sus colegas “mexicanos”: uno, la identificación con el estilo de juego —que sus detractores siguen sin querer ver—; otro, la principal virtud que, más allá de lo estrictamente futbolístico (lo técnico y lo táctico), han desarrollado en Europa y exhibieron ante Bélgica y Polonia: personalidad.Así que…
