Hasta antes de los tres primeros partidos del Torneo de Clausura —dos en la Liga y uno en la Copa—, los números del “Profe” Cruz al frente del Atlas estaban equilibrados: 19 victorias, 16 empates y 19 derrotas. Así, aunque era evidente y comprensible la frustración de dirigentes y simpatizantes del equipo porque su desempeño en la “Liguilla” más reciente —¡ni las manos metió en sus partidos contra el Monterrey…!—, se sumó a la larga lista de decepciones acumuladas, al final del cuento fueron las derrotas ante León, Veracruz y “Pumas” las que soltaron la guillotina simbólica sobre el pescuezo del ahora ex técnico rojinegro. *La premura con que actuaron los dirigentes atlistas es sintomática…Pronunciarse por el cese fulminante, disputada apenas la segunda jornada del certamen, es indicativo de que los resultados, desde luego, pero principalmente el desempeño del equipo, encendieron las luces amarillas.La amenaza de descenso para el Atlas no es inminente. La ubicación del Veracruz, las carencias de su plantel, los pobres resultados —empate ante Necaxa, en Aguascalientes, y derrota ante Monterrey, en casa— y las versiones fidedignas de que sus dirigentes andan con la brújula perdida, parecen constituir, de momento, el seguro de vida —o punto menos— de los rojinegros.*Lo preocupante del asunto estriba en que, lejos de estar en sintonía con las declaraciones de sus dirigentes, de los jugadores que se han agregado al plantel y del propio Cruz hasta antes de que el alto mando le tomara la palabra a la turba que se pronunciaba a grito pelado por la destitución del entrenador como corolario de las dos más recientes derrotas sufridas en el Estadio Jalisco, el funcionamiento del equipo no permitía alimentar las esperanzas de reconciliarlo con la grandeza de sus mejores épocas… ni, mucho menos, reverdecer los laureles que desde hace 66 años se marchitan en sus vitrinas.*La del Atlas, considerando los factores apuntados líneas arriba, no es, en absoluto, una causa perdida. Sin embargo, el desbarajuste de su cuadro bajo y la inoperancia de su ofensiva, patentes en los tres partidos más recientes, sugieren que el valiente que le atore al compromiso llegará prácticamente con todo por hacer… e invitan, más que a felicitarlo de antemano, a compadecerlo, porque todo hace suponer que se meterá en la bolsa el boleto premiado para la rifa del tigre.
