La respuesta más apropiada a la pregunta de si cabe suponer que a Guadalajara y Atlas les cambiará la suerte a medida que el Torneo de Clausura avance, es, salvo la mejor opinión del lector amable, la misma que dio Wernher Von Braun —el padre de la carrera espacial— cuando le preguntaron si creía que había vida en otros planetas:–Sería necio afirmarlo… pero igualmente necio sería negarlo.*De entrada, sería prematuro —y torpe, por ende— pretender sacar conclusiones, disputadas apenas dos de las 17 jornadas de la fase clasificatoria del certamen; que los equipos se irán acomodando conforme el tiempo pase…Sin embargo, son legítimas las preocupaciones de los simpatizantes de los tradicionales equipos tapatíos: los del Guadalajara, porque está en el aire la incógnita de si las “Chivas” reeditarán un desempeño tan brillante y un rendimiento tan pleno como los que les redituaron el título en el anterior Torneo de Clausura, o si volverán a sufrir las penurias del de Apertura de la presente campaña…; o si, como suponen muchos, se quedarán a la mitad del camino: “Ni muy muy…, ni tan tan”, pues. Los del Atlas, porque tanto la situación actual de la tabla de cocientes como su propia historia —esta última principalmente— les recuerdan que el descenso a la división inferior (“El Purgatorio”, lo llamaban los cronistas antiguos) es un fantasma al que sólo se ahuyenta con la lámpara de los resultados.*El Guadalajara actual no tiene a la mano los pretextos —¿quién dijo que desde que éstos se inventaron se acabaron los tarugos…?— de hace seis meses: las lesiones; las ausencias de varios seleccionados en la pretemporada…; ni puede refugiarse en el manido argumento de que su derrota del sábado ante el Cruz Azul fue un accidente del futbol.El Atlas tampoco puede atribuir a yerros arbitrales o a los consabidos “imponderables del futbol” las dos derrotas coleccionadas hasta ahora, ni puede quejarse de que sus dirigentes no han intentado reforzar el plantel: la presencia de nueve jugadores extranjeros en el cuadro que cayó el domingo ante los “Pumas” (los chilenos Toselli y Henríquez; los colombianos Barreiro y Leiton; los africanos Aboagye y Soko; el inglés Morrison; el peruano Alexi Gómez; el argentino Caraglio…: ¡la Liga de las Naciones en pleno…!) es, nominalmente al menos, aplastante.Por lo pronto, “mal empieza la semana para el que ahorcan en lunes”…
