Viernes, 26 de Julio 2024

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* ¡A los leones…!

Por: Jaime García Elías

* ¡A los leones…!

* ¡A los leones…!

La diosa Fortuna, veleidosa al fin, tuvo a bien obsequiar a México, en el sorteo para el Mundial del año próximo en Rusia, con el boleto premiado… en la rifa del tigre.

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Hay que decir, por lo demás, que no hubo sorpresa alguna en las jugarretas del destino…

Advertidos como estábamos de los criterios —las jerarquías, por un lado; la geografía, por el otro— que se aplican en la distribución previa de los participantes, era inevitable que México cayera en un grupo encabezado por alguno de los gigantes; Alemania, en el caso: el campeón defensor, de entrada, y el país al que se alude en la clásica definición de “futbol” que se atribuye a Gary Lineker: “Un deporte en que dos equipos de 11 jugadores disputan la pelota con los pies… y al final gana Alemania”.

Virtualmente condenado a la derrota en ese partido, el Tri dependerá de lo que obtenga ante Suecia y Corea del Norte. Los nórdicos llegan a Rusia con el antecedente de haber dejado en el camino a otras dos potencias europeas: Holanda… e Italia. Corea sería el rival relativamente débil… pero no lo será tanto para quien cometa el error de menospreciarlo.

Es poco probable que México incurra en ese pecado, porque, en teoría, sus jugadores debieron aprender de las experiencias —propias y ajenas— del pasado, y porque el técnico nacional, Juan Carlos Osorio, ha dado muchas pruebas del respeto que le merecen, a priori, todos sus rivales: desde Chile y Alemania, de los pocos que en su era han pasado por encima del Tri en competencias formales, hasta Jamaica y Honduras: los únicos vecinos del área de la Concacaf que recientemente le han puesto el cascabel al gato.

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De cumplirse las previsiones optimistas y México clasifica como segundo de su grupo, es probable que su rival en la siguiente fase sea Brasil…

Cierto: a Brasil se le ganó en la Final de una Copa Confederaciones, en 1999, y en la de los Juegos Olímpicos, en 2012. Sin embargo, puesto que un Mundial de futbol es otra cosa, sería recomendable ir poniendo veladoras desde ahora; una para que la primera parte del pronóstico se cumpla; y otra para que El Chapulín Colorado, desde el cielo, salve a México de la condena que ayer, al parecer, quedó sentenciada: la de servir —¿otra vez, Señor…?— de carne para los leones.  
 

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