Viernes, 26 de Abril 2024

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- “Una de cal”

Por: Jaime García Elías

- “Una de cal”

- “Una de cal”

Mientras continúa y ocasionalmente se agudiza la división de opiniones -las palmas de quienes lo interpretaron como señal de prudencia, los pitos de quienes lo vieron como tácita confesión de debilidad-, las fuerzas del orden aplicaron ayer un golpe a la delincuencia organizada en la Ciudad de México…

La Policía capitalina y la Secretaría de Marina, de manera coordinada, empleando -dicen las notas periodísticas- “centenares de agentes” detuvieron a 31 presuntos integrantes de la Unión Tepito, una de las principales bandas de narcotraficantes en la capital; desmantelaron dos laboratorios de droga sintética, requisaron dos toneladas y media de mariguana -la droga por cuya despenalización para uso “lúdico” se han pronunciado algunos sectores de la sociedad- y decomisaron armas de fuego, granadas y cartuchos.

En efecto: una de cal -es de justicia reconocerlo- por las que van de arena.

-II-

Se infiere que esta vez participaron los agentes necesarios para no correr el riesgo de que una eventual reacción de los delincuentes los dejara en condiciones de inferioridad, sin más alternativa que la capitulación… como sucedió el jueves pasado en Culiacán. Se infiere que esta vez no hubo ni la improvisación ni la torpeza que, según reconocieron las propias autoridades, obligaron a abortar el “operativo” que se proponía detener, para fines de extradición, a uno de los narcotraficantes más célebres -tristemente célebres- de México y del mundo. Se infiere que en este caso sí se entendió que la autoridad está precisamente para aplicar la ley, sin refugiarse en un discurso que hasta el más recalcitrante moralista se ruborizaría en suscribir: que la vida humana -incluso cuando los delincuentes la manejan como moneda de cambio para poner de rodillas a la autoridad- está por encima de las leyes.

-III-

Flavio Vegecio Renato (383-450), en su obra “De Re Militari” (De los asuntos militares”, sentenciaba: “El que desee la paz, que se prepare para la guerra. Quien quiera conseguir la victoria, que entrene a sus soldados con diligencia. Quien aspire al éxito, que luche con estrategia, y no lo deje al azar. Nadie se atreve a provocar u ofender a quien ve como superior en el combate”.

En otras palabras, la frase latina “Si vis pacem, para bellum”, significa que es necesario mostrar la fuerza, como sucedió ayer, para que los adversarios no detecten debilidades ni vean oportunidades de victoria… No sólo predicar, pues, sino demostrar que la sociedad tiene autoridades capaces de defenderla.

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