En una esquina -coinciden diversas notas periodísticas publicadas ayer-, “unos 200 elementos de la Marina, Ejército, Policía Federal y Fuerzas Especiales”, a los que se encomendó “un operativo contra el huachicol en Villagrán, Guanajuato”. En la otra, “los pobladores, iracundos, con los rostros cubiertos y armados con palos”, que pusieron barricadas para impedir a las fuerzas armadas cumplir con su encomienda. No sólo: también quemaron llantas, bloquearon la carretera Celaya-Juventino Rosas e incendiaron automóviles para bloquear los accesos… Más tarde, según los mismos reportes de prensa, interceptaron un autobús de pasajeros en la autopista Celaya-Querétaro, bajaron a sus ocupantes -se reportó al conductor como lesionado- y lo incendiaron.En el parte oficial del accidentado operativo se consigna que se aseguraron 24 pipas con gasolina, siete trailers con adaptaciones y cinco mil litros de combustible en un depósito de 10 metros de largo, 3 de ancho y 2.5 de profundidad, practicado bajo una bodega, en plena zona urbana, y abastecido por cinco mangueras conectadas al gasoducto Tuxpan-Azcapotzalco…¡Ah!, y otra cosa: se refiere que no hubo detenidos.-II-Quienes utilizaron barricadas para impedir el paso de la fuerza pública, al oponer resistencia a la autoridad y obstruir las vías generales de comunicación, incurrieron, ostensiblemente, en delitos. Quienes conducían o tenían en su poder las pipas y trailers adaptados, cargados de combustible, al transportar y eventualmente participar en la comercialización de gasolina presumiblemente obtenida de manera ilícita, por lo consiguiente. Los arrendadores y/o arrendatarios de la bodega en que se almacenaba la gasolina “ordeñada” de los ductos, otro tanto… Los vehículos, el combustible y el depósito, materia del delito, están a la vista y constan en el inventario. Si la movilización de “los pobladores” -así, en colectivo, como en “Fuenteovejuna”- impidió la detención de probables involucrados en la comisión, a todas luces deliberada y sistemática, de ese delito, los mismos serían, en el mejor de los casos, cómplices de los delincuentes, por encubrimiento, al facilitar su fuga y propiciar su impunidad.-III-La reacción de “los pobladores” a la acción punitiva de la autoridad, es sintomática de cuán sofisticado y eficiente es el esquema delincuencial de la gran industria del huachicoleo.Falta precisar, solamente, cómo se reparten los roles de los contendientes enfrentados en este episodio: “los pobladores” (el pueblo bueno) , que acaso delinquen “por necesidad”, serían los técnicos. Las fuerzas del orden que pretenden combatirlos, detectarlos, perseguirlos u -¡horror!- reprimirlos, serían, por tanto, los rudos.Queda claro, ¿verdad…?