Todo comenzó con un viaje. Ana Sánchez, emprendedora tapatía, descubrió en Estados Unidos tiendas donde los juguetes rehabilitados se exhibían como nuevos. Fascinada, volvió a Guadalajara con la idea de replicar esta práctica. Al compartirla con su amiga Sofía Palma, amante del reciclaje, supo que había encontrado la cmpañera perfecta para esta aventura.Así nació RETOY, un proyecto que devuelve vida a los juguetes, los limpia, restaura y presenta con el mismo brillo de un estreno. Para las creadoras, cada pieza es más que un objeto: es un puente entre familias, un recordatorio de que lo que un niño deja atrás puede convertirse en la ilusión de otro.“Nos dimos cuenta de la necesidad que tenemos como sociedad y modelos para nuestros hijos, de replantear la forma en la que vivimos dentro de una cultura consumista. Dar segunda vida a los juguetes no solamente apoya el bolsillo de quienes venden lo que ya no usan, y el bolsillo de quienes compran juguetes en excelente estado a menos de la mitad de su precio, sino que crea lazos de comunidad y un ejemplo para los más pequeños”.Como mamás, Sofía y Ana saben que ser ejemplo es la mejor enseñanza. Por eso, pretenden inspirar a más personas a través del reuso y la organización, buscando el progreso y no la perfección, demostrando que la maternidad puede coexistir con proyectos significativos. La propuesta de RETOY es clara: “Darle otra vida a la diversión”.“Admiramos profundamente a todas las mujeres que malabarean entre ser mamá y cuidar a tus hijos 24/7 y que, aún así, se mantiene siempre en movimiento, creciendo como personas, aprendiendo de ellas mismas, reforzando o reencontrando una profesión, redescrubriéndose a sí mismas en su nueva feminidad sin dejar de evolucionar y aportar a los demás”. CP