La higiene bucal es fundamental para mantener dientes y encías sanos, pero no siempre se cumple con la frecuencia adecuada. Muchas personas se preguntan si es más dañino olvidar el cepillado matutino o acostarse sin lavarse los dientes por la noche. La respuesta de los especialistas es clara: el mayor riesgo está en no cepillarse antes de dormir.Durante el día, al comer y beber, se acumulan restos de alimentos y azúcares en la boca. Si no se eliminan antes de dormir, las bacterias encuentran el ambiente perfecto para multiplicarse. Por la noche, la producción de saliva disminuye de forma natural, lo que facilita que la placa bacteriana se adhiera con más fuerza a dientes y encías.No lavarse los dientes al despertar también tiene consecuencias, aunque son menos graves que las de omitir el cepillado nocturno. Durante la noche se acumulan bacterias que producen el conocido “aliento de la mañana”, por lo que el cepillado matutino ayuda a refrescar la boca y eliminar la placa que se formó mientras dormías. Además, prepara los dientes para recibir los alimentos del día.Los especialistas en odontología coinciden en que lo ideal es cepillarse al menos dos veces al día: por la mañana y, sobre todo, antes de dormir. El cepillado nocturno es el más importante porque protege la boca durante las horas de menor producción de saliva. Complementar con hilo dental y enjuague bucal mejora aún más la higiene.Si bien no lavarse los dientes por la mañana genera incomodidad y mal aliento, el verdadero peligro está en saltarse el cepillado nocturno, ya que es cuando las bacterias tienen más tiempo y condiciones para dañar dientes y encías. La clave es mantener la constancia diaria para evitar problemas mayores en la salud bucal.BB