En un mundo acelerado, muchas personas comen con prisa, ya sea por cuestiones laborales, escolares o por simple costumbre. Sin embargo, ingerir los alimentos en menos de 20 minutos podría tener efectos negativos en la salud, según advierten expertos en nutrición y hábitos alimenticios.El proceso de sentirnos satisfechos no ocurre de inmediato. Cuando empezamos a comer, las señales de saciedad que envían el estómago e intestino al cerebro tardan aproximadamente 20 minutos en llegar. Si terminamos la comida antes de ese tiempo, es probable que consumamos más cantidad de la necesaria, lo que a largo plazo podría favorecer el aumento de peso.Además de propiciar un exceso de calorías, masticar y tragar de forma apresurada puede tener consecuencias como:Tomarse el tiempo adecuado para comer no solo favorece la digestión, sino que también mejora la experiencia y el disfrute de los alimentos. Entre los beneficios se encuentran:En definitiva, dedicar al menos 20 minutos a cada comida puede marcar una diferencia significativa en la salud digestiva y en el control del peso, convirtiéndose en un hábito sencillo con grandes beneficios a largo plazo.BB