Durante años, el vinagre blanco y el bicarbonato de sodio se han popularizado como productos “milagrosos” para la limpieza del hogar. Sus bajos costos, su origen natural y la facilidad para conseguirlos los convirtieron en alternativas muy atractivas frente a los químicos tradicionales. Sin embargo, expertos en química doméstica y especialistas en higiene advierten que mezclarlos no es tan efectivo como parece e incluso puede ser contraproducente.Cuando el vinagre (que es ácido acético) se junta con el bicarbonato (una base), ocurre una reacción química inmediata: ambos se neutralizan y producen agua, dióxido de carbono y un poco de acetato de sodio. Esto explica la famosa espuma efervescente que muchos relacionan con “poder limpiador”, pero en realidad esa reacción reduce la eficacia de los dos productos. Es decir, la mezcla pierde la mayoría de sus propiedades desinfectantes y desengrasantes.Además de ser poco útil, esta combinación puede generar otros inconvenientes:Tanto el vinagre blanco como el bicarbonato de sodio sí son útiles en ciertas tareas de limpieza, siempre y cuando se usen por separado:BB