Domingo, 12 de Mayo 2024
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“El almacén de Noé”, comunidad y tradición barrial

Conoce la historia de este establecimiento, el cual genera comunidad entre las personas que disfrutan de su oferta   
 

Por: Kike Esparza

“El almacén de Noé”. Este negocio ofrece una amplia variedad de comida. EL INFORMADOR/A. Navarro

“El almacén de Noé”. Este negocio ofrece una amplia variedad de comida. EL INFORMADOR/A. Navarro

En una de las zonas más bonitas de la ciudad, el Country Club, se percibe un ambiente familiar, de comunidad, gracias a establecimientos como “El almacén de Noé” -ubicado en Mar Egeo 1379-. 

El impulsor de este negocio es Diego Castañeda, quien en entrevista con EL INFORMADOR recuerda que comenzó en el 2011. 

El nombre de este espacio comercial viene a colación del arca de Noé donde se relata toda la variedad de especies que hay en ella; en ese sentido, en su almacén hay una gran cantidad de productos para el gusto y las necesidades de todos, desde los más básicos, hasta los más gourmet.

“El negocio fue creciendo orgánicamente, de menos a más. Es un lugar desenfadado, como de barrio, tiene su encanto que a la gente le gusta mucho”, comenta Diego Castañeda.

La panadería es uno de los principales atractivos de este negocio. EL INFORMADOR/A. Navarro

Resalta que la intención de ponerlo en marcha fue al ver que había una tendencia de grandes supermercados y consumismo por productos más industrializados: “Toda la idea salió de volver un poco a la tienda de la colonia donde encuentras productos más artesanales. En el almacén hay desde tortillas del día y la panadería clásica, pero también tenemos panadería francesa, muy buenos baguettes y croissants. También, en el establecimiento hay variedad de frutas, verduras, semillas, cremería y quesos, entre otros alimentos, donde también hay de todas las marcas; además, tenemos otros tipos de crema que son del señor que viene en su camionetita de Los Altos de Jalisco a surtirme”.

Reitera que la esencia del almacén es que los clientes encuentren productos no tan industrializados, de muy buena calidad y más artesanales, impulsando así también el consumo local, buscando y apoyando proveedores de la misma localidad.

“Además, en estos 13 años, el almacén se ha convertido en una pieza fundamental de la colonia, la gente se viene caminando con sus bebés, con las carriolas, con sus perros. Mucha de la clientela se conoce, hasta se convierte en un punto de reunión rápido, pero muy ameno”. 

El almacén tiene varios módulos que fueron creciendo orgánicamente; incluso, hay desayunos. “Poco a poco el concepto fue gustando y los mismos clientes me demandaban más cosas. Así que fui creciendo en diversidad de productos, como frutas y verduras y carnicería”, por ejemplo.

El almacén cuenta con una amplia oferta de botanas. EL INFORMADOR/A. Navarro

Confiesa que aunque un ama de casa seguirá yendo a los supermercados a comprar sus insumos, lo básico de su semana lo van a encontrar en “El almacén de Noé”: “Tenemos lácteos y embutidos, así como frutas y verduras. Otra parte importante del almacén es el área de productos importados; también te podemos encontrar un queso francés por si tienes alguna reunión, también vendemos vinos, cervezas y destilados”. Las botanas aquí también son imprescindibles, hay para todos los gustos. “Y esta diversidad también lo hace interesante (al almacén)”.

Expresa que es común que se reúnan las señoras a tomar su café, comer sus taquitos de guisado o sus molletes, quedándose un par de horas para generar la tertulia. “Mi mercado es hiperdiverso, puede venir una señora de clase alta a comprar, pero en sus horas pico, el almacén está lleno de gente que trabaja en las obras, albañiles e ingenieros, para nosotros todos son clientes. También hacemos comida del día, por lo que aquí el abanico de clientes es muy diverso, hay de todo”.

En cuanto a si imaginó tener esta función dentro de su comunidad, resalta Diego que más bien fue el destino. “La idea sí era tener esta tienda más de barrio con productos más locales y nada pretencioso, pero también la parte de la calidad y el servicio es muy importante, muchas veces los mismo empleados del almacén ya conocen a los clientes por su nombre, porque tengo clientes que inclusive vienen hasta tres veces al día”.

Diego Castañeda, dueño de “El almacén de Noé”. EL INFORMADOR/A. Navarro

La experiencia  de comprar 

Diego está abocado 100% a este concepto de negocio, este almacén en el Country Club no es el único que tiene, también posee otras tiendas en Montevideo, Valle Real y Providencia.

Sobre preservar este tipo de establecimientos en la ciudad que generan cercanía y amistad, responde: “Yo a un Oxxo lo veo también como un Walmart, es muy impersonal, entras, compras y te vas, no te estás llevando una experiencia de compra. Y un poco lo que busco aquí es esta parte de la calidez, de que el cliente se lleve una buena experiencia a la hora de comprar”. “El almacén de Noé” también cuenta con servicio a domicilio, entres sus productos más consumidos por el público son los baguettes y la panadería.

Además, comparte que este tipo de establecimientos como el de él, son muy buscados entre la gente. “Los grandes (supermercados) han tratado de hacerse un poco más chicos, con formatos más pequeños porque también se dan cuenta que en las tiendas tan grandes para meterte a comprar tres cosas, ya te perdiste una hora en estacionarte, bajarte e ir a comprar. La gente busca ser más práctica porque cada vez tiene menos tiempo para hacer las cosas. Entonces, buscan algo cerca, rápido y corto, y si se llevan una muy buena experiencia, pues qué mejor”.  

Tapatío

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