El agua mineral es una de las bebidas más consumidas en el mundo por su sabor fresco y por los beneficios que se le atribuyen gracias a su contenido de minerales como calcio, magnesio y sodio. Sin embargo, aunque suele considerarse saludable, beberla en exceso puede tener efectos negativos en los huesos y los dientes, especialmente cuando se eligen versiones con alto contenido en sodio o gas carbónico.A continuación, te explicamos cómo el abuso de este tipo de agua puede impactar tu salud ósea y dental, y qué precauciones deberías tener.Algunas aguas minerales, sobre todo las con gas o de manantial, contienen cantidades elevadas de sodio. Este mineral, si se consume en exceso, puede aumentar la eliminación de calcio a través de la orina. A largo plazo, esa pérdida constante de calcio puede debilitar la densidad ósea y favorecer la aparición de enfermedades como la osteopenia o la osteoporosis, especialmente en mujeres mayores o personas con deficiencia de calcio.El agua mineral carbonatada contiene dióxido de carbono (CO₂), que al disolverse produce ácido carbónico. Este ácido, aunque es débil, puede alterar el pH de la boca y desgastar gradualmente el esmalte dental, la capa que protege los dientes. Con el tiempo, esta erosión puede causar sensibilidad, manchas y mayor vulnerabilidad a las caries.Los dentistas recomiendan evitar cepillarse los dientes justo después de consumir agua con gas, ya que el esmalte se encuentra temporalmente más blando. Lo ideal es enjuagar la boca con agua natural y esperar unos minutos antes del cepillado.Aunque el flúor es necesario para prevenir las caries, su exceso puede generar fluorosis dental, una afección que provoca manchas blancas o marrones en los dientes. En ciertas zonas, el agua mineral embotellada contiene concentraciones elevadas de flúor, por lo que se recomienda leer la etiqueta antes de consumirla regularmente.Consumida con moderación, el agua mineral aporta minerales esenciales que favorecen la salud cardiovascular, muscular y nerviosa. El problema surge cuando se convierte en la única fuente de hidratación diaria o se toman grandes cantidades sin verificar su composición.Los expertos sugieren alternar el consumo de agua mineral con agua purificada o natural, y preferir versiones con bajo contenido de sodio y sin gas. Además, quienes padecen hipertensión o enfermedades renales deben consultar con su médico antes de incorporarla de forma habitual.El agua mineral puede ser beneficiosa si se consume con moderación, pero el exceso o el consumo exclusivo de ciertas variedades puede afectar la salud ósea y dental. Como en la mayoría de los hábitos saludables, el equilibrio es la clave. El agua mineral puede afectar tus huesos y dientes si la tomas en exceso BB