Ignorar las nuevas dinámicas de comunicación entre la audiencia y las plataformas es imposible, asegura Raúl Quintanilla, quien se ha consolidado como uno de los principales promotores y formador artístico desde el teatro, la música, la televisión y en los últimos años desde la dirección del Centro de Formación de Actores para la Televisión (CEFAT) de TV Azteca.En entrevista, Raúl Quintanilla reflexiona sobre los retos que impuso la pandemia para continuar con la formación artística y destaca los esfuerzos que el CEFAT ha emprendido para adaptarse a las necesidades actuales: “El CEFAT vivió en 2020 una época impresionante de transformación. Cuando se busca la modificación de las cosas cambia procesos, pero cuando se busca transformar las cosas es que estás buscando ser mejor. Cuando nos dimos cuenta que teníamos que crear procesos, porque hay mucha gente necesitada de aprendizaje, hicimos una metodología totalmente diferente basada en la posibilidad de enseñar a la distancia”.Comenta que el plan de trabajo a distancia ha mostrado resultados que garantizan una mayor consolidación a corto y largo plazo: “El CEFAT estableció cambio en los contenidos para poder tener contacto con las necesidades directas de los personas, para ampliar su gran margen de capacidades y no solamente darles conocimientos. Provocamos cambios en la formas pedagógicas, cambios temáticas y de tiempo, buscamos provocar proximidad, con una educación flexible”.El directivo señala que atrás ha quedado ese sueño irreal de convertirse en un “rockstar” inmediatamente, al explicar que las nuevas generaciones cada vez están más aterrizadas sobre el camino que se tiene que recorrer para lograr una carrera consolidada: “El joven ahora es más ubicado que antes, sabe qué es lo que quiere y eso es incluirse en un mercado laboral, ya no quiere ser un ‘rockstar’, ahora busca solidificar una trayectoria, cumplir un sueño, trabajar de manera activa. Muchas cosas que significaban el posible elemento de la fama se derrumbaron, ahora se busca la permanencia, llegar. Muchos buscaban un atajo al éxito, podían ser válidos, pero duraban poco”.Raúl Quintanilla resalta el gran empuje y área de oportunidad que presentan las plataformas digitales para borrar las fronteras y realmente hacer brillar al talento sin importar sus orígenes o que se encuentre al otro lado del mundo; sin embargo, puntualiza que la creación de contenidos y la inspiración para retratar la realidad y a la ficción no pueden partir totalmente de cómo se escribe la historia actualmente a través de las redes sociales: “En las redes sociales no se puede escribir, el que quiere escribir en Twitter sabrá que lo que está diciendo estará condenado al olvido en 25 minutos. De ahí se pueden sacar algunas ideas, pero creo que lo más importante que se tiene que enseñar es que cuando escribes o buscas algo eso debe tener relevancia, memorabilidad, capacidad sorpresiva para que el público imagine cosas. Tenemos mucho que contar, pero estamos contando poco porque las temáticas caen siempre en lo mismo, en una parte sórdida de nuestra sociedad”.Raúl Quintanilla resalta la importancia y giros urgentes que se le tiene que dar a la formación artística desde la infancia, y ante la pregunta de cómo cambiaría el acercamiento que los niños tienen desde la educación primaria hacia el arte y la creatividad, responde que el interés y la vocación al arte tiene que ser más libre y sin ataduras.“Cuando el niño a lo mejor presenta ciertos elementos aspiraciones que le llamamos vocación o talento, el problema es convertir esa vocación y esa posibilidad en algo que ya no tenga la palabra sufrimiento por detrás. Hicimos un gran mito de que el arte siempre era doloroso, pero el arte como toda profesión es riguroso. Las dinámicas ahora necesitan atraer, seducir, divertir, formar, hacer crecer, hay una parte humana complementaria”.De cara al proceso electoral que México vivirá en próximos meses con lo que se considera un hecho histórico por la cantidad de puestos populares que se llevarán a la votación, Raúl Quintanilla tiene claro su posicionamiento ante el auge de figuras públicas, especialmente artistas, que dan un giro a su trayectoria buscando candidaturas:“Algo sucede con la forma utilitaria de la política, que cuando alguien que se llama artista decide meterse en la política acaba convertido en un político y se le olvida su condición artística; su lenguaje cambia, es almidonado, totalmente tradicional de la política. La única manera de hacer una política diferente es aquella que busca rumbos, manejos distintos del lenguaje para poder crear esperanza y deseos nuevos (…) político es aquel que lucha por las necesidades del otro, que tiene una enorme capacidad de negociación, que tiene el sentido y manejo de crear rumbos. Cada vez la política está manejando un sentido utilitario y el arte no puede ser utilitario, el arte siempre va a tener un sistema de grandes aspiraciones”, finaliza.Tras conocer la muerte de Alberto Ciurana, productor y director de contenido y distribución en TV Azteca, Raúl Quintanilla escribió un conmovedor mensaje a su colega: “La presencia de la muerte desconcierta. Alberto Ciurana fue un hombre de trayectoria, y sólo recibimos respeto y muestras de aprecio de su persona. Que la plenitud de su vivir lo acompañe en este viaje a otra realidad, y que ahí su recuerdo siga motivando a otros. Adiós, señor”.JL
