Martes, 23 de Abril 2024

José María Yazpik a la conquista del Ariel

El actor debuta como director con “Polvo”, película sobre el regreso a los orígenes y la avaricia de un pueblo

Por: El Informador

FILMACIÓN. “Chema” Yazpik y el equipo de producción durante el rodaje de “Polvo” en la comunidad de San Ignacio, en el Estado de Baja California Sur. Cortesía 

FILMACIÓN. “Chema” Yazpik y el equipo de producción durante el rodaje de “Polvo” en la comunidad de San Ignacio, en el Estado de Baja California Sur. Cortesía 

Ni antes ni después. Para José María Yazpik, su primera dirección cinematográfica llegó en el momento adecuado y ahora que justamente su ópera prima “Polvo” se perfila con 11 nominaciones para los Premios Ariel, el también actor asegura que el proyecto marca por mucho en él una nueva perspectiva sobre lo que significa el cine.

Yazpik, quien además de protagonizar esta trama en compañía de Jesús Ochoa, Angélica Aragón, Joaquín Cosío y Mariana Treviño, también se responsabilizó del guion, la producción y dirección de este filme que se posiciona como uno de los más nominados por parte de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas (AMACC) para la edición 62 del Premio Ariel, en las categorías de Mejor película, Dirección, Actriz, Actor, Coactuación masculina, Fotografía, Diseño de arte, Edición, guion original, Ópera prima y Vestuario.

“No esperaba esto para nada. Yo estaba más concentrado en que la película quedara bien y una vez que quedó como yo quería y se estrenó, como que la solté y no volví a pensar en ella hasta ahorita”, comenta José María Yazpik al recordar las motivaciones que lo llevan a construir esta historia partiendo desde su infancia, la nostalgia y el apego a sus raíces.

“El cine tiene vida propia, muchas veces te puede ir bien en taquilla y luego se olvidan de la película, otras veces te va regular o mal y la película llega a más lugares por una plataforma, la película llega a donde tiene que llegar. Nunca fue la prioridad hacer un éxito taquillero, no se planeó así porque no tiene la dinámica ni la estructura para eso, solamente la solté cuando estuvo lista”.

Yazpik hace hincapié en que si bien la historia da la bienvenida al espectador con una escena en la que su famoso “polvo” cae del cielo en el poblado de San Ignacio, siempre tuvo claro que la trama no se enfocaría en problemáticas como el narcotráfico ni en un humor predecible.

“A mi hermano y a mí se nos ocurrió que podríamos traducir esta historia —ocurrida en Colombia— al pueblo de donde es mi papá, solamente como un detonador, porque no es una historia sobre narcotráfico, es sobre el regreso de una persona a sus raíces. Así surgió el proyecto, el pueblo se prestaba geográficamente para hacer algo de este estilo”.

Lo que viene

Tras varios meses de que su agenda estuvo en pausa, José María Yazpik vuelve a la acción: “Estaba justo a la mitad de una serie a la que tuvieron que posponer y afortunadamente parece que ya la vamos a retomar en un par de meses. Todos nos vimos afectados y lo primordial es mantener la consciencia para estar sanos, cuidar a tus familias, amigos y los más cercanos”.

Claridad creativa

José María Yazpik recalca que “Polvo” llegó para establecer nuevos retos en su carrera en un momento bastante complejo de su vida: “Yo ya tenía necesidad de contar esa crisis que estaba viviendo yo”.

Aunque “Polvo” también destaca por su trabajo visual y la continuidad de sus escenas y cómo los personajes intervienen en cada una, José María Yazpik explica que el proponer un final abierto sobre el futuro de sus personajes era lo que más le importaba para definir su estilo narrativo.

“La escena con la que tuve más problemas fue el final, porque es abierto, porque no es feliz pero tampoco es tan triste. A mí, las historias con finales abiertos me gustan y mis socios me decían que quizá esto no funcionaría bien en taquilla y eso me hizo dudar un poco, el que este final causara incomodidad, pero eso también me gustó, que no se define nada como pasa en el vida, que (los personajes) no necesitan un desenlace o fin contundente”.

Yazpik señala que esta faceta como director no fue para nada sufrible y aunque la experiencia marca nuevas ideas para el futuro desde la narrativa y el encuadre, el conocer las necesidades de él como actor y de sus compañeros de reparto, fue clave para que la producción fluyera orgánicamente.

“Fue muy agradable, como todo sucede en San Ignacio, que es un pueblo que conozco a la perfección y la historia se escribió con base en eso, realmente  no tuvimos mayores problemas. Siendo actor sé comunicarme con los actores, sé que es lo que necesitan, sé escuchar, sé cuándo hay que dejarlos libres y cuando encaminarlos. No tuve mayor problema, estuve rodeado de un equipo que me estuvo cuidando todo el tiempo”.

JL

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