Sábado, 20 de Abril 2024

Cásese ahora o huya para siempre

Gustavo Egelhaaf estrena una comedia sin clichés: “Hasta que la boda nos separe”, en la que comparte créditos con Diana Bovio y Roberto Palazuelos
 

Por: El Informador

¿Qué es más difícil, casarse u organizar la boda?. ESPECIAL

¿Qué es más difícil, casarse u organizar la boda?. ESPECIAL

Apostar por su propio estilo y no ceder ante las puertas cerradas, han sido claves para que la carrera de Gustavo Egelhaaf vaya en ascenso. El actor originario de Sonora llega nuevamente a la cartelera mexicana con “Hasta que la boda nos separe”, el más reciente filme de Santiago Limón en el que la sorpresa es el factor principal para romper con el cliché del humor mexicano.

Gustavo Egelhaaf, quien ha ganado popularidad en series como “El vato” y “El Chema”, tiene la oportunidad de realizar un importante protagónico junto a Diana Bovio, en una hilarante historia —con más de mil pantallas nacionales— que refleja las peripecias que una pareja, “Daniel” y “María”, tienen que resolver para lograr la boda de sus sueños pese a los intentos del padre de la novia por hacer una boda tradicional y que chocan contra el vanguardismo y elegancia del reconocido wedding planner, “Bobby Palace”, interpretado por Roberto Palazuelos.

“Creo que la comedia es algo que mucha gente no termina de entender, la comedia viene de la verdad y muchas veces caricaturizamos a los personajes, nos vamos a los clichés; en México vivimos en una realidad muy contrastante y en la película partimos desde ese lugar, no descubrimos el hilo negro del cine, queremos una propuesta diferente, este filme sí es una comedia romántica, pero que refleja la realidad de los mexicanos”.

La cinta fue filmada en Puerto Vallarta y cuenta con la participación especial de Adal Ramones que, interpretándose a sí mismo, añade un peculiar toque de humor al desfile de personajes que tienen todo el potencial para identificarse fresca y divertidamente con el público.

“La cámara es un personaje más, no hay tanta ficción, es como un falso documental, la gente irá al cine a ver el video de bodas de María y Daniel. El trabajo de cámara fue difícil, como actor estás entrenado a nunca ver a la cámara, tienes que ignorarla y en esta ocasión sí teníamos que hacerle caso, voltearla a ver e interactuar con ella, eso da un resultado más fresco, te quita la pretensión de hacer el encuadre perfecto, todo se enfoca más a los personajes y su diversión”.

 ¿De qué va el filme?
¿La boda de Daniel y María será como lo han soñado y planeado? Tres meses antes tomaron la decisión de contratar a Bobby Palace, para organizar su enlace, pero el padre de María no está de acuerdo y decide asumir esa responsabilidad y ofrecerles la mejor recepción y fiesta que puedan tener… ¡Claro, según él! Lo que lleva a preguntar al público: ¿Lo más difícil de una boda es: casarse u organizarla?

Entre oportunidades y galanura

Gustavo Egelhaaf destaca la apertura que el gremio actoral tiene actualmente en México, en el que no tener exclusividad con una televisora o productora y ni estar atado a un solo proyecto, permite al intérprete abarcar diversos trabajos y formatos para poder alternar la agenda entre el teatro, el cine, la televisión tradicional y el streaming. 

“Nunca me habían dado la oportunidad de protagonizar una película de este peso, lo había hecho con el filme de ‘Cuatro lunas’ pero fue de un corte más festivalero y ahora nos dan toda la responsabilidad de esta comedia romántica, creo que la gente lo valora porque luego piensan que todos los actores hacemos el mismo tipo de películas (…) ahora se necesitan actores que no hayan salido en tantos proyectos, que sean las nuevas apuestas, cuando comenzaron abrirse más formatos los castings se dieron cuenta que necesitaban variedad y calidad para competir”.

Aunque pudiera pensarse que los rasgos físicos de Gustavo Egelhaaf fungieran como cartas fuertes para poder acceder a cualquier proyecto, el actor reconoce que su caso ha sido todo lo contrario, al recordar que en sus inicios los prejuicios hacia las facciones de su rostro lo limitaban a acceder a proyectos que poco le entusiasmaban: “Me ha tocado ver cómo la industria ha cambiado. Cuando llegué a la Ciudad de México y hacía audiciones para buscar un lugar muchas veces me rechazaron en proyectos de cine sin hacer audición por mí físico, que si era ‘güerito’ o bien parecido ya no servía para hacer cine mexicano, me decían que mejor me fuera a hacer novelas y yo me aferré al teatro y al cine”.

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