La construcción del primer centro comercial de América Latina en Guadalajara marca un hito en la historia contemporánea de la ciudad, gracias a empresarios tapatíos conocidos como Sociedad de Centros comerciales de Guadalajara S.A. Para el arquitecto y urbanista Ricardo Agraz Orozco, la obra de Plaza del Sol es un conjunto de buenas ideas que dieron por resultado un proyecto urbano que se volvió no sólo un icono Guadalajara, sino de México y Latinoamérica: “La visión de los empresarios agrupados en una sociedad permitió observar las necesidades de una ciudad que estaba en proceso de crecimiento. Los tapatíos estaban acostumbrados a realizar sus compras en el Centro de la ciudad, en establecimientos que estaban en locales en calles angostas, además el tráfico de vehicular iba en aumento, por lo que realizar sus actividades en el Centro comenzaba a complicarse un poco. Por eso trasladaron sus tiendas a un espacio amplio, donde se podía caminar sin complicaciones”.Para realizar el proyecto ejecutivo la obra se designó al arquitecto Alejandro Zohn, que había realizado Mercado Libertad-San Juan de Dios y otras obras emblemáticas de la ciudad como la Concha Acústica del Parque Agua Azul. Zohn efectuó diferentes viajes a Estados Unidos para observar las tendencias en diseño, procesos de construcción y operación del modelo de centro comercial en EU, los mall. Estos espacios reunían distintos tipos de establecimientos comerciales, servicio y recreación en un amplio espacio, resguardado de las condiciones climáticas, pero adaptado al confort de la época.“El gran mérito de Alejandro Zohn fue crear un espacio a la medida de las necesidades de una sociedad como la tapatía que tenía sus hábitos de compra muy arraigados. Adaptó el concepto de mall y lo combinó con elementos como el espacio a cielo abierto y las plazas. Plaza del Sol por sus características brinda al asistente comodidad y esparcimiento”, señala Ricardo Agraz Orozco.Además, en su proceso de construcción se utilizó la tecnología de vanguardia que estaba disponible. “La obra se basó en estructuras de concreto que le dan rigidez y un cuerpo sólido a toda la plaza. Hoy las construcciones apuestan por materiales y estructuras ligeras”, explica el arquitecto Agraz Orozco.El modelo arquitectónico y urbanístico aplicado a Plaza del Sol a 50 años de su construcción continúa vigente a pesar de los cambios propios de la ciudad que ha crecido de forma poco ordenada: “La integración de comunidad que tiene Plaza del Sol es única, ha sido y es el punto de reunión de familias, todos los tapatíos tenemos una historia con la plaza. La apropiación del espacio es diferente a otros centros comerciales. El lugar se convirtió en un espacio público, pero en realidad es un espacio privado, que ya es de Guadalajara”, finaliza Agraz Orozco.
