Llegó el día del Super Bowl y el Allegiant Stadium abrió sus puertas para recibir a más de 65 mil personas para formar parte del cierre de la temporada de NFL. Poco más de cuarenta minutos antes de que se diera la patada inicial, las gradas del lugar lucían prácticamente repletas para ser parte del encuentro entre los Kansas City Chiefs y los 49ers de San Francisco.Por la similitud entre los colores de los jerseys, ambos con tonos en rojo y también con uniformes de visita color blanco, a simple vista parecía complicado distinguir qué equipo logró convocar más afición, sin embargo, toda duda quedó despejada al momento que las escuadras salieron al terreno de juego. Al presentarse los 49ers de San Francisco, la casa de los Raiders se volcó en apoyo con un estruendo casi ensordecedor. Las tribunas del estadio vibraron y pañuelos en color dorado volaron en el aire en los puños de la afición. Una historia muy diferente a la que sucedió en el momento en que salió Kansas. Habituados a ser mayoría en los últimos Super Bowls en los que han participado, esta vez no cuentan con el apoyo de la tribuna.La ventaja para Mahomes y compañía es que durante toda la serie de Playoffs salieron de casa y consiguieron su pase siendo superiores a sus rivales en donde es más importante… el terreno de juego.SV
