El último Mundial del primer milenio se jugó en Europa. El primero del segundo milenio correspondía al continente americano, pero ya no había tiradores, al menos de los que le gustan a FIFA, solventes para garantizar el negocio.Con 32 equipos participantes, no es cualquier cosa levantar la mano para organizar una Copa del Mundo, así que el máximo organismo del balompié se olvida de la rotación, retoma su idea de promocionar el futbol en países donde no es el deporte más popular, y designa como sede a Corea y a Japón en una organización conjunta.Es la primera ocasión que el Mundial se juega en dos países, y la primera que se disputa en Asia, rompiendo así la rotación Europa-América.Para EL INFORMADOR, la edición oriental del evento implicó todo un reto, pues los horarios de los partidos eran en la madrugada de nuestro país, lo cual obligó a cierres de edición meteóricos y tardíos.Pero aún con esos sacrificios que implican modificar horarios de trabajo, no era suficiente pues los partidos estelares comenzaban a las 5:00 horas, por lo que el diario tomó un par de decisiones para la correcta cobertura del evento. Primero, que en EL INFORMADOR se publicaría la información que ocurrió un día antes más como reacción que como información. Y segundo, que todos los días a las 11:00 horas estaría en las calles de Guadalajara un suplemento especial con la información fresca de la Copa del Mundo, suplemento que además sería gratuito.Así, cada día del Mundial asiático representó un reto distinto, a capricho del calendario de juegos.Fue la primera vez que en la portada principal del diario la foto central aludía al arranque de la Copa del Mundo, el 1 de junio de 2002.Para este certamen el enviado era David Medrano, quien desde tierras orientales reportaba en su columna Futbol de Estufa.Fue un torneo brillante para el equipo nacional que Javier Aguirre había rescatado en una eliminatoria que parecía perdida bajo el mando de Enrique Meza. El Tri hizo un ronda de grupos de ensueño con triunfos ante Croacia y Ecuador y empate ante Italia. Eso sólo hizo que la decepción de no alcanzar el quinto partido fuera más frustrante esta vez.A partir de la ronda de eliminación directa se recrudecieron los problemas con el arbitraje, que fue descaradamente localista a favor de Corea, pues Japón se había quedado en la ronda de grupos. En 2015, uno de los escándalos que se destapó con el FIFAgate fue precisamente el amaño de las victorias de Corea sobre Italia y España que permitieron a los asiáticos llegar hasta Semifinales.De hecho, después de ese Mundial, la FIFA integró ternas arbitrales de un mismo país.“Fiesta brasileña”, titula el 1 de julio EL INFORMADOR, en la reacción tras el triunfo absoluto de los amazónicos que se convirtieron en pentacampeones, mientras en esta casa editorial el equipo de deportes sólo quería volver a dormir de noche.Después de lo que parecía un nuevo naufragio de México en las eliminatorias, Javier Aguirre rescató el barco tricolor y con la ayuda de Honduras, que perdió un partido increíble en casa ante Trinidad y Tobago, logró clasificar al Mundial asiático.En Corea-Japón, el equipo nacional hizo un primera ronda brillante, la mejor en la historia del Tri, al ganarle a Croacia y Ecuador y empatar con Italia.Su premio parecía abundante: enfrentar a Estados Unidos en los Octavos de Final, que había clasificado por diferencia de goles en su sector.Viejo conocido al que además Aguirre ya había vencido en la eliminatoria, por lo que el claro favorito en el Clásico de Concacaf versión mundialista era México.El martes 8 de junio la portada de EL INFORMADOR resume el sentir nacional: “Triste despertar”, dice la cabeza, mientras la crónica detalla que el sueño de los Cuartos de Final se volvió pesadilla en la derrota ante los vecinos por 2-0.Es a la fecha la derrota más dolorosa en Copa del Mundo para el equipo nacional.
