GUADALAJARA, JALISCO (22/SEP/2017).- Miles de historias han surgido alrededor del terremoto que azotó al centro de la República Mexicana, gente atrapada, otra que fue rescatada con bien, más gente que desafortunadamente no logró salvarse y la que estremeció a todo un país, una escuela repleta de niños. Esta parte de la historia la recordó, con un nudo en la garganta, Edwin Hernández, jugador del Rebaño Sagrado, quien al ser padre de dos hijos, dijo sentir hasta en lo más profundo de su ser la impotencia de no poder ayudar.“Tengo a mis hijos y van a la escuela, saber que se puede derrumbar y no volverlos a ver, es algo que me duele, te destruye totalmente, porque cuando pierdes a un ser querido que amas tanto…”, dijo el lateral izquierdo del campeón del futbol mexicano.El “Aris” Hernández, quien es titular indiscutible en el esquema rojiblanco, no dudó ni un solo instante en agradecer a Dios por no tener a nadie que haya estado en la zona de desastre, sin embargo mostró toda la solidaridad posible y las ganas de ayudar en todo momento, ya sea yendo a levantar escombros, mandando víveres o como sea, pero él quiere ayudar.“Afortunadamente no he tenido la desgracia de algo así, he sido muy bendecido por eso, pero desde que soy padre tengo ese sentimiento de que si algún día le pasara algo así a mi familia, no sé qué podría pasar, de ver a los padres desesperados, pero yo me puedo imaginar a la gente que perdió a un ser querido y que está destruida, es difícil hacer que no pasó nada, pero nos corresponde acatar órdenes y seguir con esto”, apuntó.EL INFORMADOR / JAVIER ROBLES