Sábado, 18 de Mayo 2024
Tecnología | Una batalla épica

Silicon Valley ataca a Hollywood por la piratería

La industria de la tecnología ha elevado sus actividades políticas de forma drástica en los últimos años

Por: REUTERS

Amigos y enemigos de SOPA y PIPA no creen haber visto el final de la batalla. EFE  /

Amigos y enemigos de SOPA y PIPA no creen haber visto el final de la batalla. EFE /

LOS ÁNGELES, ESTADOS UNIDOS (23/ENE/2012).- La masiva protesta online del pasado miércoles, expresada en el cierre de miles de webs como Wikipedia y que contribuyó al rechazo de controvertidas leyes sobre piratería online en el Congreso estadounidense, fue vista como una acción sin precedente que superó a la influencia de grupos políticos de presión.  

Una aproximación más detallada a cómo se desarrolló el debate sugiere que también se produjeron estrategias más tradicionales para influir en política en Washington.    

La industria de la tecnología ha elevado sus actividades políticas de forma drástica en los últimos años y, de hecho, ha gastado más que la industria del entretenimiento: 1.200 millones de dólares entre 1998 y el 2011 invertidos por las tecnológicas, frente a los 906 millones de las empresas del entretenimiento.  

El último capítulo de lo que se ha convertido en una batalla épica y de varias décadas entre las dos industrias sobre el contenido digital con derechos de autor comenzó de forma bastante inofensiva.    

Los estudios cinematográficos de Hollywood, frustrados por el robo online que afirman les cuesta miles de millones de dólares al año y cada vez empeora, comenzaron a presionar en el 2010 para que se aprobara una ley que permitiera bloquear el acceso e interrumpir los pagos a páginas webs extranjeras que ofrecieran material pirateado.  

El senador demócrata Patrick Leahy, un amigo de la industria desde hace tiempo, presentó entonces la ley, denominada Ley para Combatir las Infracciones Online y Falsificaciones, que fue aprobada por unanimidad por la Comisión Judicial del Senado, pero nunca llegó más allá.  

En mayo del año pasado, Leahy lo intentó de nuevo, presentando su Ley para proteger la IP (propiedad intelectual) (PIPA, por sus siglas en inglés).    

En octubre, el congresista republicano Lamar Smith, que preside la Comisión Judicial del Congreso, presentó una ley similar, conocida como SOPA por sus siglas en inglés.    

Mientras que la última gran ley de los derechos de autor, la Ley Pro-IP del 2008, pasó por el Congreso sin mucha controversia, por lo que la industria mantenía sus esperanzas.  

Hacia finales de septiembre, Hollywood superaba a la industria tecnológica en 2 a 1 en donaciones a partidarios clave de medidas que respaldaba.    

Más de 950.000 dólares de la industria de la televisión, cine y música fueron a parar a patrocinadores directos de las leyes en la Cámara de Representantes y en el Senado en el ciclo hacia las elecciones de este año. Esa cifra se compara con los 400.000 dólares de las empresas informáticas y de Internet, según el Center for Responsive Politics.  

Las compañías tecnológicas preferían apoyar una ley alternativa más concreta. Esta industria dio más de 291.000 dólares a partidarios de esa medida, frente a los 185.000 dólares de los fabricantes de contenido.  

"Ambos son muy poderosos. Son grandes jugadores. Dan mucho dinero a los políticos. Esta va a ser una dura elección para los miembros del Congreso", dijo Larry Sabato, experto en finanzas de campaña que da clases en la Universidad de Virginia.  

SIN ATENCIFON  

Las leyes no habían atraído la atención pública, pero a principios de septiembre, el cofundador de Twitter Evan Williams, el cofundador de Foursquare Dennis Crowley y el cofundador de LinkedIn Reid Hoffman escribieron a los senadores para oponerse a la ley.    

Posteriormente ese mes, la Cámara de Comercio de Estados Unidos recopiló a un grupo de 350 compañías apoyando la ley.  

La llegada de la norma a la Cámara de Representantes a finales de octubre ya tuvo un seguimiento mayor. Sus opositores, entre ellos la Asociación de Electrónica de Consumo, se preocuparon por asuntos como si las webs de Estados Unidos podrían ser cerradas o pudieran surgir riesgos de seguridad a la infraestructura de Internet.  

A mediados de noviembre, los ejecutivos tecnológicos prestaban mucha atención.    

Muchos siguieron online la comparecencia de la asesora de derechos de autor de Google Katherine Oyama ante la Comisión Judicial del Congreso, el 16 de noviembre. Otro ejecutivo, Ben Huh, presidente ejecutivo de la red de medios online Cheezburger Inc, ayudó a organizar el apagón online.  

Los miembros del Congreso "básicamente golpearon a Google", dijo Huh, que siguió la comparecencia desde su oficina. "Lo estábamos viendo y dijimos 'Esto es tremendamente injusto'", agregó.  

Ese día, habló sobre el testimonio con Erik Martin, mánager general del sitio de noticias sociales Reddit.com. Ambos liderarían los esfuerzos para conseguir el apagón, junto a otros como el fundador de la Wikipedia, Jimmy Wales.  

UNA GRAN COMBINACIÓN  
Mientras la Casa Blanca se reunía con ambas partes, las mayores compañías de telecomunicaciones emprendieron una campaña pública con anuncios en los principales diarios advirtiendo que las leyes permitirían la censura y una petición online para vetar la SOPA sumó casi 40.000 firmas en unos días.  

Tres asesores de la Casa Blanca respondieron a la petición online y expresaron sus preocupaciones por las leyes, aunque pidieron mejorar la ley antipiratería.  

La combinación de las preocupaciones de la Casa Blanca, la inminente protesta online y la intensa presión sobre los legisladores de líderes de la industria de Internet cambiaron abruptamente la dinámica en el Capitolio. El miércoles, cuando se celebraba el apagón, el apoyo a las leyes rápidamente se derrumbó.  

Algunos ejecutivos de Hollywood reconocen su fallo al tratar de ganarse la opinión pública conforme aumentaba la oposición. Mientras las tecnológicas se abrazaban al poder de Internet, Hollywood dependía de viejas armas como anuncios de televisión o las pantallas de Times Square de Nueva York. Resultó ser poco y tarde.  

Un abogado de la industria del entretenimiento se quejó de que los argumentos de la parte contraria a menudo eran erróneos, pero se extendían como la pólvora por Internet, obligándoles a corregir la información sin el apoyo de una red online fuerte.  

"Hacemos parte de esas cosas (online) pero tiene que superar un comité de 14 personas", dijo. "La otra parte no tiene 'conference calls'. Simplemente cuelgan la información", añadió.

Amigos y enemigos de SOPA y PIPA no creen haber visto el final de la batalla.  

"Las leyes son como los zombies", dijo Hug, de Cheezburger "Nunca sabes si están muertos o van a regresar", observó.  

Cuando vuelvan, los grupos de presión de ambos lados pueden haber aprendido valiosas lecciones.     

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