Obsesión quirúrgica entre surcoreanos se vuelve más que una moda

CIUDAD DE MÉXICO (16/ABR/2013).- Las modificaciones corporales abarcan una amplia gama de preferencias, dependiendo del cliente. Sin embargo, también es cierto que estas preferencias se ven influenciadas en gran medida por cánones de belleza establecidos a través de los medios.

A pesar de la diversidad corporal y facial de las personas, marcada sobre todo por la herencia genética de determinadas regiones, son muchos los que se esfuerzan por que sus características físicas sean lo más parecidas a un estereotipo, aunque para ello hay que recurrir primero al bisturí y solicitar algunos cambios.

En la actualidad (y para sorpresa de muchos) Corea del Sur tiene el indice per capita más alto del mundo en cirugía plástica. En este país, una de cada cinco mujeres en Seúl se ha sometido por algún tipo de cirugía. Sin embargo, esta tendencia no sólo se mantiene en el sector femenino, ya que algunos hombres también se las realizan, publicó el sitio Jezebel.

En este país, al igual que en otros asiáticos, la operación más popular es cirugía de parpados y la operación de mandíbula. La primera consiste en hacer que los ojos se vean más grandes, así como agregar un pliegue que semeje al párpado superior; mientras que la segunda se enfoca en suavizar el contorno de la cara para quitarle su aspecto cuadrado y hacerlo ver en forma de “V”.

No obstante, a las anteriores se suman otras intervenciones quirúrgicas más comunes como rinoplastias e incluso liposucciones para complementar su imagen corporal con el cambio de facciones.

Aunque la vanidad tiene responsabilidad en gran parte para este tipo de transformaciones faciales, hay quienes señalan que el auge del k-pop (música pop coreana) y la adoración de sus estrellas ha hecho que muchas personas se atrevan a cambiar sus facciones con tal de emular a sus ídolos.

Sin duda, se trata de modificaciones drásticas que en muchos casos podrían compararse con expansiones, implantes y una larga serie de brandings (marcas) que los entusiastas de la cultura de los tatuajes y perforaciones promueven. Irónicamente, aunque el resultado sea visualmente distinto, el dolor es una vía aceptable para estas personas para conseguir su ideal de belleza.