Lunes, 06 de Mayo 2024
México | PALESTRA 20 POR JORGE OCTAVIO NAVARRO

Tiranos partidos II

¿Cuáles son las diferencias entre la ''miscelánea'' que ve Pablo Gómez y el paso a la democracia participativa que augura José González?

Por: EL INFORMADOR

Jorge Octavio Navarro.  /

Jorge Octavio Navarro. /

La llamada reforma política que a esta hora ya será responsabilidad de los diputados federales, fue definida por uno de los integrantes del Senado, el perredista Pablo Gómez Álvarez: “Mera miscelánea que no cumple con las expectativas generadas”. Y tiene razón.

Es ético insistir, aunque sea imposible derrotar a los diputados y senadores y con ellos a las cúpulas de los partidos políticos que manejan a la mayoría de éstos, que las modificaciones a 16 artículos de la Constitución mexicana NO cumplen con el empoderamiento del ciudadano.

Otro senador, éste panista, José González Morfín, alegaba durante la discusión que con esta reforma ¡se renueva el sistema político mexicano! ¿Por qué? Porque “coloca al ciudadano” en el centro del sistema con las muy celebradas candidaturas ciudadanas —que hasta este momento sólo se admiten hasta el año 2015— y lleva al país a la democracia participativa, “más allá de los partidos políticos”. Nada menos.

¿Cuáles son las diferencias entre la “miscelánea” que ve Pablo Gómez y el paso a la democracia participativa que augura José González?

El título de la presente es una segunda parte de otra opinión que salió a la luz apenas dos días atrás. Uno de los 500 diputados que deberá votar por aprobar o rechazar la reforma, tuvo a bien atender la crítica, el priista Salvador Caro Cabrera. Lo hizo a través de Twitter y dijo estar “casi de acuerdo” con este columnista, aunque percibió “mucho hígado”. Se refirió tal vez al calificativo “tiranos partidos políticos”.

La atención mereció correspondencia. Tanto al diputado Caro Cabrera como a sus 499 compañeros vale decirles que los años pasan sin que se consumen las reformas legales que permitirían a millones de mexicanos oportunidades de justo desarrollo y que los presentes cambios son otra vez, un pequeño paso donde urge una carrera acelerada.

El mismo diputado respondió: “@jonaspalestra resulta q esto está muy dividido, y existen muchas visiones de lo que debe pasar, y el resultado de consensos es parcial”. La cuestión —se le planteó— es que justo diputados y senadores pueden hacer reformas que beneficien a la ciudadanía y no velen casi exclusivamente por los intereses de las cúpulas de sus partidos políticos. Planteó entonces: “@jonaspalestra la frenan las élites políticas y los que les sirven, pero no todos”. Es posible que el diputado desobedezca las órdenes de quienes realmente determinan qué aprobar y rechazar en la Cámara, pero tal caso no hace el cambio.

¿Candidaturas ciudadanas a diputaciones federales cuando los partidos controlan recursos y espacios de difusión?, ¿mayor participación ciudadana cuando se establecen obstáculos casi insalvables?

Si los legisladores quieren llamar a esto “cambios históricos”, pueden. Pero no pueden obligar al ciudadano a creer la simulación de que renunciaron a sus canonjías y que se abrieron, por fin, a una democracia en la que todos los mexicanos cuentan más allá de un voto cada tres años.

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