Sábado, 25 de Mayo 2024
México | POR LOURDES BUENO

Si por la nación fuera…

Si fuera éste el caso, sería expresión de una genuina preocupación por resarcir el mal estado que guarda la nación

Por: EL INFORMADOR

Lourdes Bueno.  /

Lourdes Bueno. /

Felipe Calderón señaló que el candidato blanquiazul a la Presidencia de la República será el mejor, aunque no sea panista… afirmación que levantó el prurito de su partido y muchas dudas en los demás. Los medios de comunicación se dieron a la tarea de investigar quién, en su gabinete, no estaba dentro de las filas del partido en el poder para conocer al anunciado, lo ubicaron y es, sin duda, una posibilidad. Pero la aseveración de Calderón puede ir mucho más allá de quienes integran su equipo, si es que, de verdad, quiere que sea el mejor; porque —a sotto voce se dice que el Ejecutivo ha sostenido entrevistas con intelectuales que podrán aglutinar a su alrededor una positiva respuesta del electorado, no sólo panista, sino aun de los escépticos—.

Si fuera éste el caso, sería expresión de una genuina preocupación por resarcir el mal estado que guarda la nación, lo que es no sólo importante, sino urgente dadas las expresiones de hartazgo que ya muestra la población bajo los agobios inflingidos por esta administración.

Pero la duda surge cuando se revisa el criterio con el que, desde la Presidencia, se han manejado asuntos de esta magnitud, decisiones que han privilegiado a personas de la confianza del Ejecutivo, por encima de quienes poseían los conocimientos o las capacidades y esto, que ha sido la constante, ha generado problemas en espiral que han llevado al país a la baja, en casi todos los ámbitos. Y, para muestra los datos Inegi 2010: un país con mayor y más extendida pobreza, flacos resultados en educación, pérdida del poder adquisitivo, escasez de empleo y de oportunidades para el desarrollo, etc.

Luego, la nación está golpeada como pocas veces antes, la población atizada por la violencia y el desempleo, la economía continúa privilegiando a los muy pocos en detrimento de los muchos millones de mexicanos, la antes fuerte clase media hoy está en extinción y se la empuja, día a día, a la pobreza, una democracia representativa que deja al ciudadano fuera de las decisiones y sin ser el centro de cuidado, asunto que ya no le satisface ni siquiera en aras de la declarada —que no vivida— democracia, porque lo que desea la población —y requiere con urgencia— es también vivir mejor, con menos impunidad, corrupción e inequidades, con más oportunidades de trabajo y también de educación pública, con el respeto cierto a sus derechos humanos y, desde luego, a las constitucionales garantías individuales, básicos que hoy no tiene, lo que pone en riesgo no sólo la vida electoral, sino aun la convivencia social en un país que sólo espera alguien mejor para las próximas elecciones, pero mejor para la nación, no para los intereses de algunos que hoy dirigen al abismo a este dolido país.

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