Miércoles, 06 de Noviembre 2024
México | Coinciden expertos

La crisis tiene a la clase media en peligro de extinción

De acuerdo con el Nacional Monte de Piedad, 93% de quienes acuden a la institución a empeñar una prenda pertenecen a este estrato social

Por: SUN

CIUDAD DE MÉXICO.- La clase media es una “especie en peligro de extinción”. En ello coinciden empresarios, académicos y ciudadanos que hoy se perciben a sí mismos como ajenos a ese estrato social.

De acuerdo con investigadores mexicanos y de Estados Unidos, la clase media de nuestro país es aquella población que gana entre seis mil y 60 mil pesos mensuales, que tiene un nivel de estudio de licenciatura o una especialización y que puede adquirir bienes que no necesariamente son parte de la canasta básica.

El Banco Mundial calculó que la crisis económica internacional provocaría que 10 millones de latinoamericanos volverían a ser pobres en 2009. A escala nacional esa proyección se hace cada vez más evidente.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) el número de trabajadores mexicanos que ganan entre cuatro mil 500 pesos y siete mil 500 pesos mensuales (tres a cinco salarios mínimos) disminuyó en 874 mil personas entre 2007 y 2008.

Tan sólo en ese periodo cayó en 260 mil el número de trabajadores que ganó más de siete mil 500 pesos al mes (cinco salarios mínimos).

Hasta septiembre pasado en México había 2.93 millones de personas desempleadas, un millón más que en 2008.

Mas allá de las cifras, pequeños y medianos empresarios, dueños de comercios o profesionistas que trabajan por su cuenta y que encajan en esa clasificación de clase media dan testimonio de los efectos que la crisis económica ha tenido en su calidad de vida. Invariablemente han sacrificado proyectos de desarrollo personal, familiar y social.

El pequeño comercio


José Guadalupe Caudillo, presidente de la Cámara de Comercio en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope), explica que la combinación de la crisis económica y la contingencia por la epidemia de la influenza que se registró entre abril y mayo pasados provocaron pérdidas de entre 70% y 100% a ese sector.
Hasta septiembre pasado la recuperación no había sido total, pues las ventas estaban 30% por debajo de lo registrado en el mismo periodo de 2008. A la Canacope están afiliados 30 mil comerciantes y empresarios que abarcan el ramo del comercio, los servicios y el turismo, desde las papelerías, las farmacias, escuelas, despachos de contadores o abogados y consultorios médicos.

En 90% de los casos, esos negocios son atendidos por integrantes de la propia familia y cuentan con un promedio de hasta dos empleados. Por la crisis, cada establecimientos afiliado a la Canacope ha despedido a un empleado, es decir, 30 mil personas en el último año, informa el presidente del organismo empresarial.
José Guadalupe Caudillo dice que una cualidad del pequeño comercio es su capacidad para cambiar de giro como una estrategia para subsistir, por lo que no se han registrado cierres de empresas pero si la migración a otro ramo. Los datos sobre ese fenómeno se tendrán a finales de 2009.

El empeño, una opción


El presidente de la Canacope dice que ante los problemas económicos, los dueños de pequeños comercios o empresas suelen recurrir al empeño de vehículos para pagar la nómina de su personal, sobre todo los despachos de contadores o abogados. En esto coincide Gustavo Méndez Tapia, vocero del Nacional Monte de Piedad, quien explica el fenómeno que suele repetirse en esa institución los viernes de quincena.

“Los viernes tenemos arquitectos que nos empeñan un vehículo de la flotilla, porque hay que pagar al trabajador de la construcción; la obra no puede parar y en un tiempo muy reducido obtienen el recurso que necesitan para pagar la nómina”, dice el vocero del Monte de Piedad.

De acuerdo con Méndez Tapia, hasta 93% de quienes acuden a la institución para empeñar una prenda son personas de clase media.

En 97% de los casos se empeñan principalmente joyas y relojes; el porcentaje restante corresponde a artículos electrodomésticos, línea blanca, vehículos, arte y antigüedades.

¿Qué es la clase media?


Hace cuatro años la revista Estudios Sociológicos del Colegio de México publicó en su número 68 un artículo sobre la clase media mexicana, a través del cual se ofrecía una definición de ese estrato.

El sociólogo Dennis Gilbert, autor del documento, definía entonces a la clase media como la población de hogares cuyo jefe o jefa de familia desempeña un trabajo no rutinario, no manual, con ingresos que les permite vivir sin apuros por arriba del promedio popular, pero por debajo de la cúspide de la pirámide nacional.

“Más precisamente, pienso en profesionales independientes y asalariados, gerentes, profesores, técnicos, burócratas, comerciantes y administradores que obtienen percepciones familiares cuando menos 50% más altas que el ingreso promedio”, explicó el jefe de del Departamento de Sociología del Colegio Hamilton en Clinton, Nueva York.

Para armar una definición de clase media, Dennis Gilbert se basó en datos del Inegi, de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) y una encuesta propia que realizó entre 52 familias de clase media de Cuernavaca y el Distrito Federal.

El investigador estableció que la proporción de familias que pueden considerarse de clase media percibe entre seis mil y 60 mil pesos.

En esta definición coincide Jorge Smeke Zwaiman, director del departamento de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana, quien califica a la clase media como aquella que propicia la estabilidad social.
“Si no tienes clase media, que sería la amortiguadora entre una pequeña clase alta y una gran clase baja, se genera un panorama social muy complicado y conflictivo”.

Lamenta que por el escenario económico actual, en donde por una parte se aumenta el gasto de las familias y al mismo tiempo disminuyen los ingresos, la tendencia es caer por lo menos un escalón en el estrato social. Como opción, reconoce Smeke, sólo queda la economía informal.

Perfil del clasemediero


Son los hogares en el que el jefe o jefa de familia desempeña un trabajo no rutinario, no manual, con ingresos que les permite vivir sin apuros por arriba del promedio popular.

De acuerdo con investigadores, es aquella población que gana entre seis mil y 60 mil pesos mensuales.
Suelen tiene un nivel de estudio de licenciatura o una especialización.

Adquieren bienes que no necesariamente son parte de la canasta básica.

Pequeños y medianos empresarios, dueños de comercios y personas que trabajan por su cuenta, también encajan en esta clasificación.

Según el Nacional Monte de Piedad, 93% de quienes van a empeñar son clasemedieros.
En 97% de los casos empeñan principalmente joyas y relojes; el porcentaje restante corresponde a artículos electrodomésticos, línea blanca, vehículos, arte y antigüedades.

Algunos están recurriendo al comercio informal para solventar los gastos del hogar.

Sin la clase media, Jorge Smeke, de la Universidad Iberoamericana, se generaría un panorama social muy complicado y conflictivo.

LAS CIFRAS DE LA RECESIÓN
Cae el poder adquisitivo

10 millones de latinoamercianos volverán a pa pobreza, según un diagnóstico del Banco Mundial.
260 mil trabajadores que ganaban más de siete mil 500 pesos al mes bajaron sus percepciones este año.
2.93 millones de mexicanos desempleados había hasta septiembre pasado, un millón más que en 2008.
30 mil personas han perdido sue empleo en lo que va del año en pequeños comercios en el Distrito Federal, según la Canacope.
12.4 millones de personas trabajan en el empleo informal, según datos del Inegi recabados hasta septiembre.

Yo creo que ya llegué hasta el fondo, afirma repostera

Los 25 años que tiene de experiencia como maestra de cocina son evidentes. En sólo seis minutos Lidia Malagón prepara un pastel de manzana más que exquisito.

Pero ni toda esa experiencia le ha valido para sostener el negocio de maestra de cocina.

La sala de su casa en la Colonia del Valle era el salón de clases. Ahí llegaban hasta 20 estudiantes, entre amas de casa, jubilados y chefs que querían aprender a usar el horno de microondas para cocinar.
A cada alumno le cobraba mil pesos por 10 horas de curso pero desde abril pasado ya no llega nadie a las clases de cocina.

Sin este ingreso la maestra de cocina tuvo que buscar un empleo. Lo consiguió en la Universidad de la Tercera Edad que depende de la delegación Benito Juárez. Ya no tiene 20 sino 80 alumnos. La mala noticia fue que su salario no sería ni una cuarta parte de lo que obtenía al dar clases particulares. Ahora le pagan 100 pesos por hora y a la semana tiene un total de ocho horas.

“Durante muchísimos años he estado con esto (las cursos de cocina) y funcionaba muy bien. Incluso daba entrevistas en la radio y en la televisión pero ahora ni eso”, lamenta.

— ¿Cómo se ha notado esto en su tren de vida?
— Ha cambiado todo porque si salíamos a comer una o dos veces al mes y ahora no salimos; investigamos qué podemos comer en casa. Si antes compraba un queso roquefort ahora ya no lo compró, porque sale carísimo.

— ¿Qué más ha tenido que sacrificar?
— Hemos tenido que sacrificar muchas cosas en casa porque se paga la renta o se ve la televisión o se apaga la luz.

— ¿Tiene hijos?
— Sí, los dos trabajan y son los que han tenido que apoyar ahora, cosa que como padre no es nada agradable.

— ¿Gozaba de independencia económica?
— Sí, mi esposo tenía un buen trabajo, y ahora está sin trabajo; lo que estamos sacando es lo que tengo con las clases de la universidad.

— ¿Considera que ha bajado su calidad de vida, su estrato social?
— Pienso que sí. Ya no podemos salir tanto con los amigos a tomar una copa porque no vamos a ir y colgarnos de ellos. Lo puedes hacer una vez pero no todas las veces.

— ¿Cómo se consideraba antes y cómo se considera ahora?
— Pues ahorita no sé ni en qué estrato estoy, yo creo que ya llegué hasta el fondo.

“Ha cambiado todo porque si salíamos a comer una o dos veces al mes y ahora no salimos”
Lidia Malagón,
repostera.

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