Sábado, 18 de Octubre 2025
México | Por Lourdes Bueno

La Constitución, de luto

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio el peor de los fallos

Por: EL INFORMADOR

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio el peor de los fallos: quienes tenían responsabilidad del cuidado de los niños de la guardería ABC, ya no son culpables, sólo involucrados y, de ellos, los de mayor jerarquía han sido exonerados. Porque con la resolución de la SCJN, ahora los culpables son funcionarios menores que sin respaldo de la Federación pagarán por todos. Así, cuando los mexicanos esperaban justicia con legalidad, en un fallo que posibilitara la esperanza de este país en medio del desorden y el agravio, la desilusión fue total. La SCJN, en mayoría, por pruritos más allá de la legalidad, negó hacer uso de la atribución que la Constitución, en su Artículo 97, le confiere para defensa de garantías individuales. Y negó la responsabilidad de los funcionarios mayores, en evidente efecto de presiones que desde la Federación, en un hacer viciado, tuvieron efecto en la justicia negada.

Pero este revés va más allá de agraviar a 49 niños muertos, y a quienes quedaron mutilados, porque agravia a la ciudadanía —a pesar de su hacer respetuoso ante las instituciones— con la confirmación de que no hay instancia que se anime a tomar un poco de control en el desorden, un poco de control en un Estado donde las violaciones a sus derechos y la violencia —de todos lados, de todo tipo— han hecho presa de la población indefensa.

Porque no se trataba que la SCJN fuera más allá de sus atribuciones, por el contrario, el punto era que cumpliera lo que le mandata la Constitución Mexicana en un artículo, controversial, pero vigente y que le da posibilidad y obligación: “…de designar uno o varios comisionados especiales, cuando así lo juzgue conveniente  (…) para averiguar algún hecho o hechos que constituyan una grave violación de alguna garantía individual”. La SCJN prefirió declarar garantías lastimadas, sin culpables mayores.

Para los mexicanos: la pérdida de esperanza en sus instituciones, esta vez en la instancia más alta del Poder Judicial; para el sistema federal: lisonja y caravana, respuesta muy a modo que será premiada, pero cuyo costo pagan la democracia y la ciudadanía que no encuentra respaldo en sus instituciones. Agravio por partida doble, conciencia de que, si bien México tiene una Constitución que ofrece las condiciones idóneas para una democracia ejemplar, hoy no tiene una mayoría de magistrados comprometidos con la trascendencia de su responsabilidad y el cumplimiento de las atribuciones que la Constitución les infiere.


Dolor por este país, dolor por la falta de justicia; dolor y agravio que hoy compartimos con los padres de los niños de la guardería ABC y con muchos, muchos mexicanos.

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