Excedentes de petróleo, para pobres

CIUDAD DE MÉXICO.- “La vida no es sólo tener dos cuartos como habitación, sino un entorno que haga de cada colectivo un espacio humano en todas su dimensiones, incluyendo lo religioso”, justifica de esa forma la Arquidiócesis de México la limosna entregada por el gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, a la Iglesia Católica en aquella Entidad.

A través del Semanario Desde la Fe, rechaza en su editorial que hayan sido “donativos” para la jerarquía católica, sino más bien —aclara— se trata del “ejercicio del presupuesto para el desarrollo urbano”.

Al mismo tiempo, califica de hipócritas a los “intelectuales orgánicos” y a los políticos que criticaron a la jerarquía de la Iglesia Católica por la llamada “mega limosna”.

Bajo el nombre de “Discusiones obtusas”, justifica y defiende los 90 millones de pesos entregados por el gobernador de esa Entidad, al señalar que se trata de una inversión para preservar monumentos históricos, culturales, patrimoniales y de identidad nacional.

Establece que el “Estado mexicano tiene el deber de preservar los monumentos históricos, desde una casa en particular hasta una catedral, pasando por jardines y plazas, que son parte de un patrimonio nacional de gran valía”.

En el editorial cuestiona “¿por qué medir con criterios distintos el embellecimiento de una plaza con la mejora del monumento central, que puede ser un templo colonial, como sucede con infinidad de plazas en casi todas las ciudades del país?”.

Luego hace un recuento de las “aportaciones” que han hecho los ayuntamientos para preservar y mejorar los centros en ciudades como Querétaro, Monterrey, Nuevo León; Mérida, Yucatán; la Ciudad de México, en torno a la Catedral Metropolitana, y el llamado corredor turístico comercial de Reforma, el Centro Histórico y la Basílica de Guadalupe.
Califica como un “verdadero atentado a la dignidad” la construcción de ciudades dormitorio, la acumulación de casas “sin mayor ingenio” y que carecen de plazas, jardines, escuelas, mercados y centros religiosos o culturales.

“Allí es donde quisiéramos ver actuando a estos intelectuales orgánicos o políticos laicistas que se rasgan las vestiduras con hipocresía”.

Dice que se falta a la verdad cuando se habla de “atentado al Estado laico” cuando se asocia ese donativo en la relación con la Iglesia.

El obispo Antonio Ortega Franco dijo que los beneficios que se obtienen en México por el petróleo deben utilizarse para atender las necesidades humanas.



FRASE:

"El verdadero Estado laico moderno es el que reconoce, respeta y promueve los valores de sus ciudadanos, incluyendo el religioso".

Editorial del Semanario Desde la Fe.