Sábado, 18 de Mayo 2024
México | POR LUIS ERNESTO SALOMÓN

El vértigo de la línea

Conocer la lista de muertos del día en Cuidad Juárez o en el país entero produce sensaciones encontradas

Por: EL INFORMADOR

El filósofo italiano Umberto Eco publicó el año anterior su obra El Vértigo de las Listas. En ella explica que una cosa es enumerar una representación real, como cuando se cuentan las naranjas que hay en un saco; y otra es una lista de cosas que no sabemos cuántas son pero que queremos señalar su carácter inmenso o infinito, como las estrellas en el firmamento. Viene al caso, porque en nuestros días aparecen listas de muertos, heridos y perjudicados en la guerra contra el crimen. No sabemos bien a bien si son todas las víctimas las que aparecen en la información periodística, ni tampoco si es una cuenta que crea una forma cerrada, sino que tenemos la seguridad de que es un punto en una línea, que se trata de un proceso. Nos produce vértigo pensar en el punto siguiente, y más, si ese punto puede alcanzarnos. Cuando los daños se comienzan a producir en nuestras comunidades, el vértigo se combina con el temor y el miedo.

Conocer la lista de muertos del día en Cuidad Juárez o en el país entero produce sensaciones encontradas: primero la necesidad de saber lo que sucede para tomar posición al respecto; pero en segundo lugar un hartazgo temeroso de que no se detenga esa línea que punto a punto crece amenazante Cabe entonces preguntarse si estas listas que se presentan muchas veces envueltas en el color de la sangre trasmitida por imágenes morbosas, tienen sentido. O si el ejercicio periodístico de reportarlas se ha pasado de la enumeración objetiva a la representación teatral con el propósito de llamar nuestra atención.

Lo que sí sabemos es que aceptamos como sociedad más violencia cotidiana. Cada vez convivimos con mayor naturalidad con ésta nuestra violencia, reducida a listas en los medios de comunicación masiva; pero también con hechos agresivos: vemos accidentes de tránsito terribles, pleitos que degeneran en heridos y muertos, violencia en los hogares. Para cada uno de los afectados, la violencia pasa de ser una lista representada en una pantalla o un papel, para convertirse en la más dura realidad.

Las listas de la guerra contra el crimen también son enumeraciones de hombres que se enrolan en las policías y las Fuerzas Armadas. Son puntos de la misma línea. Pero además hay que sumar los nombres de los que sucumben cada día en las adicciones. Son más puntos. La línea crece produciendo un vértigo en quien reflexiona; genera angustia a quien se aproxima a los puntos que se van sumando.

La convivencia sin violencia se ha vuelto un propósito, cuando debe ser la normalidad. Convivir con el vértigo de las listas debe hacernos reflexionar respecto de su anormalidad. Transmitir a la juventud la tolerancia al crimen, a la violencia y la represión sería uno de los mayores yerros que podemos cometer en México. Hay que ver las listas que forman esta línea que parece interminable, con ojos críticos, pensando en volver a la normalidad de la paz.

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