Rehabilitan templos del Centro

GUADALAJARA, JALISCO.- Siete templos del Centro Histórico de Guadalajara se encuentran en etapa de rehabilitación, encabezados por la Catedral Metropolitana. Sin embargo, continuarán abiertos en sus respectivas etapas de remodelación.

El trabajo en cada templo es distinto, de diferentes dimensiones. Las obras van desde la recuperación, limpieza y pintura de algunos espacios, hasta labores de restauración especializadas, en las cuales interviene la Arquidiócesis de Guadalajara y dependencias federales, estatales y municipales. El Instituto Nacional de Antropología e Historia ( INAH) y algunas organizaciones civiles se suman a la lista de participantes en las obras.

Las intervenciones se realizan en la Catedral Metropolitana de Guadalajara, en el Santuario de Guadalupe, así como en los templos de Mexicaltzingo, San Francisco, Santa Teresa, Jesús María y Santa Mónica. En todos, las tareas de remodelación comenzaron en diferentes fechas, pero destaca que las obras se encuentran paradas en los recintos religiosos de San Francisco y el Santuario de Guadalupe, por la falta de recursos económicos.

En el Santuario se trabajó en la rehabilitación de la azotea cambiando su ladrillo, pero quedó pendiente el trabajo de restauración de la cúpula. En esta parte se deben inyectar las grietas, ante el deterioro y fallas estructurales. El edificio es una obra de Fray Antonio Alcalde, pero fue alterada su estructura original, construyendo una cúpula con tambor que ahora provoca una diferente carga y detona problemas estructurales.

La mayoría de los templos, construidos entre 1554 (San Francisco) y 1808, enfrentan a dos enemigos comunes en el Centro Histórico, independiente a la antigüedad de sus instalaciones: la contaminación y las vibraciones por el fuerte tránsito vehicular, encabezado por el transporte público.

Restauran los templos más representativos de Guadalajara

La Arquidiócesis de Guadalajara y los gobiernos federal, estatal y municipal realizan obras en siete templos asentados en el Centro Histórico de Guadalajara, en donde participan algunas organizaciones civiles. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encabeza los trabajos.

Iniciando el recorrido de Sur a Norte, el primer templo en el que se realizan labores es en el de Mexicaltzingo, que abrió sus puertas en 1808 (la última intervención en el recinto fue hace 30 años). Desde hace seis meses se trabaja en el recubrimiento de la azotea con ladrillo de “perón”, que se espera termine con los problemas de humedad. Antes de eso se retiró el ladrillo de azotea tradicional y se preparó la superficie. Una vez concluidas las labores en la azotea, se continuará la restauración exterior.

Como es habitual en ese tipo de construcciones, las losas de cantera de la fachada y algunas cornisas fueron invadidas por diferentes tipos de flora parásita, provocando su desprendimiento o que éstas revienten. Después de retirar la vegetación se lavarán los muros y, donde sea necesario, se resanarán las juntas con arena y baba de nopal.

El cura encargado del templo, Alejandro Palencia, tiene el propósito de rehabilitar el patio exterior del costado derecho, en donde se pretende subir la barda con una reja de metal para impedir que la gente lo siga utilizando para tirar basura o se brinque para hacer sus necesidades fisiológicas. Además, tiene la idea de realizar algunas modificaciones litúrgicas en el presbiterio, como la inclusión de una banca ceremonial y accesos laterales para darle una mejor funcionalidad.

La Secretaría de Cultura de Jalisco (SC) destinó para esta tarea un millón y medio de pesos, cantidad que aumentó gracias a la gestión para conseguir 350 mil pesos a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Las obras de restauración del Templo de Mexicaltzingo que presentan su mayor avance en la parte Oriente, son responsabilidad del arquitecto Jesús Torres Vega y permitirán que el edificio tenga una vida útil en el exterior de 50 años aproximadamente.

San Francisco

Siguiendo con el recorrido, se encuentra el templo de San Francisco, una de las joyas arquitectónicas estilo barroco de nuestra ciudad, que se edificó entre 1554 y 1746, localizado en el cruce de la Avenida 16 de Septiembre con Prisciliano Sánchez.

En este lugar se cambiaron los vitrales del tambor de la cúpula por “unos vitrales nuevos, de buena envergadura”, quedando pendiente la reparación de sus grietas, refiere el vicecoordinador de Arte Sacro del Arzobispado de Guadalajara, Alberto Ruiz Pérez.

“Es un templo que los hermanos franciscanos, que habitan este espacio, nos dicen que están viviendo con las constantes vibraciones, ya que el tráfico vehicular que por ahí circula es bastante pesado por su densidad y esto genera mucha vibración al inmueble, por lo cual es necesario inyectar la grietas para poder consolidar la estructura de esta cúpula”.

Por el momento, las obras se encuentran detenidas a la espera de recursos económicos, pero también retrasa la aprobación del proyecto por parte del INAH para rehabilitar la torre exterior de base rectangular que se encuentra visiblemente deteriorada.        

Catedral

En la Catedral Metropolitana de Guadalajara, que cuenta con varios estilos arquitectónicos, entre los cuales destacan el barroco, neoclásico, morisco y gótico, existe un grupo de mantenimiento permanente. En esa construcción, consagrada el 12 de octubre de 1716, actualmente se trabaja en tres distintos frentes: en la cúpula del presbiterio se labora en la remoción del ladrillo para proceder a inyectar las grietas existentes. Más adelante se colocará un nuevo ladrillo que posteriormente será recubierto con azulejo.

En la esquina de la calle Liceo con Hidalgo, se reparará la balaustrada cuya cantera ha sido deteriorada por el agua, la contaminación y las vibraciones que son producto del paso a desnivel y que han causado daños a toda la estructura de la Catedral, particularmente a la torre Norte.

El tercer frente que se intervendrá a corto plazo será el peinetón, que es el elemento curvo que une las dos torres, al cual se le remplazarán algunas de las varillas deterioradas que sostienen los pináculos de cantera, a los cuales también se les suministrará material para darles solidez y evitar el desprendimiento de fragmentos de piedra.

Aunque esos tres frentes representan las prioridades inmediatas de la otrora Catedral de la Asunción de María Santísima, la intervención de la torre Norte es otra de las prioridades a corto plazo, indica vicecoordinador de Arte Sacro del Arzobispado de Guadalajara, Alberto Ruiz Pérez.

“Existe un desplome en esa torre que está generando que el trabajo estructural de la misma no sea el adecuado. Por un lado, se está comprimiendo la torre Norte, mientras que la Sur se está flexionado, generando una estática inadecuada, lo que ocasiona que varias de las canteras del primer cuerpo de la torre se desprendan”.

A mediano plazo, el inmueble también requerirá de la reparación de las grietas longitudinales y transversales que presentan tanto las bóvedas de las naves laterales, como la bóveda de la nave central.

Para obras de mantenimiento y restauración, en 2009 la Catedral obtuvo recursos por 350 mil pesos provenientes del Fondo para la Restauración de Monumentos y Bienes Artísticos (Foremoba) y dos millones de pesos por parte del Ejecutivo estatal.

Santa Teresa

En el Templo de Santa Teresa, construido en 1720 para el servicio del allí establecido Convento de las Carmelitas Descalzas (localizado en la calle Morelos esquina con Donato Guerra), se trabaja en la impermeabilización de la azotea con jabón de teja y alumbre, se resanaron algunas grietas de la parte superior y algunos enjarres de las paredes, se aplicó pintura en varios cuartos del inmueble (incluido el coro alto), pero también se han limpiado los candiles del techo.

Jesús María

A una cuadra de distancia sobre la misma calle de Morelos esquina Contreras Medellín, se encuentra el Templo de Jesús María (que data de 1722). En ese lugar se reparó la reja exterior después de que un camión derribara una de las pilastras del atrio en un accidente vial. También se trabajó en la impermeabilización del techo con jabón de teja y alumbre, con el propósito de dar mantenimiento al ladrillo de azotea colocado de forma radial sobre las cúpulas.

Este santuario obtuvo recursos federales por 350 mil pesos, provenientes del Foremoba y una partida del Gobierno del Estado por 800 mil pesos.

Santa Mónica

En el Templo de Santa Mónica, localizado en la calle del mismo nombre entre Reforma y San Felipe, lo que comenzó como una restauración de la fachada exterior terminó con el descubrimiento del labrado de piedra original en al menos dos de sus muros.      

Hasta ahora, se piensa que dichos muros fueron recubiertos con losas de cantera y relleno de arena, para dar firmeza a la estructura de la construcción que se debilitó a causa de varios sismos ocurridos entre mediados del siglo XVII y principios del XVII.

Para combatir las humedades, en el piso interior se colocó una cuadrícula de concreto con varillaje, con el propósito de controlar la humedad, para así restablecer la duela de madera. También se repararon las bóvedas que se encontraban agrietadas, se colocó ladrillo de azotea recubierto con impermeabilizante especial autorizado INAH.

El primer trabajo de rehabilitación del exterior del templo consistió en la restauración de la estatua del San Cristóbal (de cantera), que se encuentra en la esquina Norte del templo en su cruce con la calle Reforma. Se llevó a cabo con cal, arena y baba de nopal, que eran los materiales disponibles de la época.

Actualmente se trabaja en la restauración de los muros donde se localizan las puertas de acceso lateral del templo, de las losas de cantera que cubren las paredes originales y posteriormente vendrá la rehabilitación del muro Norte.

Desde 2006, la organización civil Adopte una Obra de Arte, en colaboración con autoridades de los distintos órdenes de Gobierno, trabaja en la restauración exterior e interior del inmueble.

Aunque se han ejercido alrededor de cinco de los ocho millones de pesos (MDP) del presupuesto original, es incierto el tiempo, el costo y los alcances que pudiera tener la restauración integral, que considera la rehabilitación de un espacio para exposiciones de arte en la parte posterior de sus instalaciones, explica María Irma Iturbide Robles, presidenta estatal de dicha asociación.

Después de la restauración exterior del templo vendrá el acondicionamiento de la parte posterior del edificio, donde se encuentra el coro alto, que será destinado a la exhibición de las piezas que se han encontrado durante este tiempo.   

Este templo es el máximo exponente del barroco salomónico de Guadalajara, construido por el padre Feliciano Pimentel entre 1719 y 1720 y que formaba parte del Convento de las Monjas Agustinas Recoletas de Clausura.

Santuario de Guadalupe

Finalmente, en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, cuya construcción inició en 1777 y concluyó en 1781, se trabajó en la rehabilitación de la azotea cambiando su ladrillo, pero quedó pendiente el trabajo de restauración de la cúpula, cuyas grietas es necesario inyectar debido al deterioro y fallas estructurales.

“Recordemos que ese santuario Guadalupano, obra de Fray Antonio Alcalde, ha sido alterado en su estructura original. Recordemos que el templo era muy sencillo y no tenía esa cúpula con tambor, la cual hace que ahora tenga otro tipo de carga y provoca problemas estructurales porque es una alteración del plano original”, explica el vicecoordinador de Arte Sacro del Arzobispado de Guadalajara, Alberto Ruiz Pérez.

Debido a la falta de recursos económicos, lamentó, las obras de este Santuario (localizado en la calle Juan Álvarez, entre Pedro Loza y Alcalde), continuarán suspendidas por tiempo indefinido.