Jueves, 02 de Mayo 2024
Jalisco | El periodista recuerda que al año son asesinadas más de mil 200 mujeres en México

“Periodismo social”, realidades y soluciones: Mario Muñoz

EL INFORMADOR gana dos preseas en el Premio Jalisco de Periodismo 2008, en las categorías de “Prensa escrita” y “Fotografía fija”

Por: EL INFORMADOR

GUADALAJARA, JALISCO.- Mario Alejandro Muñoz de Loza (septiembre de 1977) recibió el pasado jueves el Premio Jalisco de Periodismo 2008. Es el segundo de manera consecutiva: el año pasado ganó también el galardón en la misma categoría: “Prensa escrita”, por un reportaje que detalló una serie de deficiencias y malos servicios en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y que finalmente cegaron la vida de un recién nacido.

Sus investigaciones sobre lo que él denomina “periodismo social”, desembocaron ahora en un amplio trabajo de la violencia hacia las mujeres, destacando el caso trágico de un multihomicidio en el que un hombre asesinó a balazos a una familia, para luego quitarse la vida (31 de agosto de 2007, en Tlajomulco). Su pareja sentimental, Iris Angélica Martínez Larios, quien sobrevivió a un impacto de bala en el tórax, había acudido al menos cuatro veces con autoridades competentes del Ayuntamiento de Tonalá para denunciar la extrema violencia intrafamiliar de la que era objeto y para solicitar ayuda. Nunca la atendieron.

La pregunta obligatoria para Mario Muñoz es precisamente sobre la temática en la que está centrada la mayor parte de sus investigaciones. “Ambos son problemas sociales”, responde sin sombra de duda. “Y en la mayoría de las ocasiones no se les da una justa dimensión en los medios de comunicación, no se provoca una reflexión, no se dan soluciones, no se tratan los problemas a profundidad.
Cuando ocurrió la tragedia de Iris --después de hablar con él, es fácil notar la familiaridad con que evoca a la víctima, con quien se entrevistó por horas para elaborar su reportaje-- hubo un bombardeo de noticias amarillistas durante varios días en todos los medios: periódicos, televisión y radio, excepto en EL INFORMADOR; se dio cobertura a la nota, pero no se investigó más allá, no se atendió el tema de fondo: la cruda realidad de la violencia de género en México, en particular contra la mujer. Incluso, después que la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco emitió en octubre pasado una recomendación contra cuatro funcionarios de Tonalá, que por omisión violaron los derechos humanos de Iris, los medios minimizaron la noticia, excepto en EL INFORMADOR; es decir, no hubo el mismo despliegue que cuando ocurrieron los violentos hechos, no se sumaron integralmente para que el ayuntamiento se hiciera responsable de las omisiones de funcionarios”.

Mario Muñoz entra fácilmente en el apasionamiento cuando narra cómo dejó pasar varios meses hasta finalmente, decidirse a contactar a la mujer que fue víctima de la negligencia y de quien fuera su marido. “Esta historia --dice-- es una de las más trágicas a nivel nacional en cuanto a violencia contra mujeres, a pesar de que Iris solicitó apoyo a las autoridades. Los resultados fueron cinco muertes: tres hijos de Iris menores de edad (tres, cuatro y 17 años, respectivamente), la madre de Iris y el parricida, quien terminó suicidándose”.

Parece, se le comenta al joven periodista oriundo de Tepatitlán de Morelos, que hay una expectativa de que el trabajo periodístico puede cambiar la realidad. Rápidamente arremete: “Sí puede concientizar y hacer pensar, tanto al hombre como a la mujer, en las consecuencias que puede haber si no se accede a la atención profesional cuando estás inmerso en un cuadro de violencia intrafamiliar. Este año es importante porque se está aprobando en el país la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que pretende precisamente tratar de abatir esta incidencia, aunque hay mucho trabajo por hacer por parte de las autoridades federales, estatales y municipales, en donde debe estar involucrada la sociedad para lograr un cambio cultural contra el machismo que provoca esta violencia… Se debe luchar para liberar a las “prisioneras de la autoridad patriarcal’”.

-- ¿Y los niños?
-- Los niños están relacionados en este tema. La violencia intrafamiliar termina agrediéndolos a ellos; está el caso de las madres solteras, por dar un ejemplo, cuyos hijos terminan siendo víctimas de sus padrastros, en donde el abuso de alcohol y droga son detonantes de la violencia.
Actualmente, lo digo con preocupación, la sociedad enfrenta una difícil situación: la creciente ruptura de la estructura familiar, producto del trastoque de valores, los estilos de vida, la sociedad de consumo y la competitividad, entre otros, factores que terminan en tragedias impactantes, en muertes violentas. Cada día hay menos tolerancia.

El periodista recuerda que al año son asesinadas más de mil 200 mujeres en México, así como dos homicidios dolosos contra menores de edad diariamente, de acuerdo con estadísticas de las procuradurías estatales y organismos internacionales y nacionales.

Mario Muñoz, que ha invertido mañanas y tardes completas en investigar las estadísticas nacionales y en cotejarlas, advierte: “Jalisco está en los primeros lugares de agresiones fatales hacia mujeres y niños. Los asesinatos de mujeres no es un fenómeno exclusivo de Ciudad Juárez”. Estado de México, Distrito Federal, Chiapas, Veracruz, Chihuahua, Michoacán y Guerrero, agrega, son focos rojos en violencia hacia las mujeres.

Al tiempo que anticipa seguir haciendo del periodismo una herramienta de cambio en la problemática social, subraya que para él “no hay mucho que festejar mientras no se resuelva en este caso, la parte medular que motivó el reportaje. Iris no va a recuperar a su familia, pero se puede ayudar a que la concientización vaya en aumento, que se siente un precedente de que hubo omisión y desprotección del Estado hacia la mujer.

“Siento una profunda admiración por Iris… Después de su tragedia, valientemente aceptó conceder una entrevista para concientizar a las mujeres del desenlace que puede tener la violencia intrafamiliar, ofreció su historia para crear conciencia para que no haya más víctimas. Me sumo al propósito de Iris, en el sentido de que cualquier mujer debe denunciar ante las autoridades la violencia que pueda estar viviendo emanada de su esposo, concubino, novio, padre y hasta hijo. Ahora las leyes brindan protección, pero hay que hacer que las autoridades correspondientes cumplan con su trabajo, no desistir”.

Le dedica un último recuerdo al alcalde de Tonalá, Agustín Ordóñez, porque admitió que repararía los daños en el marco de la ley e iniciaría procesos administrativos contra los responsables de no atender las peticiones de Iris, pero “no ha informado nada, ni sobre la indemnización, ni sobre las sanciones a los responsables luego de la recomendación que emitió Derechos Humanos. El Ayuntamiento de Tonalá tiene una deuda pendiente con Iris, tiene una deuda con la sociedad”.


Edmundo Pacheco, fotógrafo aferrado a la cámara y a la imagen

Edmundo Pacheco Machorro (octubre de 1978) es un fotógrafo aferrado a la cámara. Literalmente. Puede suponerse que su relación con la imagen es reciente, pero después que comenzó a fotografiar por gusto, hace ocho años, se encontró en un camino que no abandonará, aunque no lo exprese en esas palabras.

Pacheco recibió del Premio Jalisco de Periodismo 2008 en “Fotografía fija”, por una imagen que capturó hace unos meses y que tituló: “Solo contra el mundo”... un mendigo camina solitario por la carretera, llevando una carga inútil que apenas a él le interesa, mientras un camión de carga de vehículos compactos se cruza a toda velocidad, llevando su preciada carga de autos nuevos a algún punto de consumo.
El encuentro de las dispares realidades era un instante condenado a desaparecer, pero se cruzó el ojo diligente y paciente del joven fotógrafo que hace su interpretación de la imagen premiada.

“Para mi, ésta es la realidad de mi país. En México sucede todos los días (y hace un silencio). ¿Qué? Eso: personas en la miseria, llevando cargas que a nadie le importan, vagando sin rumbo, mientras que a su lado pasan las riquezas que todos aprecian pero que sólo unos pocos van a tener. Es un contraste que siempre está sucediendo”.

Pacheco hace hincapié en el “siempre está sucediendo”. Muy propio de un hombre como él que, en cuanto puede, como dice, “me invento viajes” para llevar la cámara y pasar horas con el ojo pegado al objetivo, hasta que consigue la imagen que para la mayoría pasa inadvertida, pero para él es la prueba de lo que está sucediendo.

Cuando tenía 22 años de edad, Pacheco trabajaba como revelador en un laboratorio fotográfico. Ahí se incubó su vocación de cazador de imágenes. “Compré una cámara --platica-- ahí en el laboratorio. Me salió carísima porque me la descontaron en abonos, pero con ella comencé a tomar fotos de todo; me gustan más las de lluvia, todos los motivos de lluvia, reflejos en agua, en fin... entonces me sucedió que como yo mismo revelaba mis fotos, me encontré con la luz. Controlaba todo el proceso”.

No se da cuenta Pacheco: le brillan los ojos, mirando quizá esos recuerdos que no están impresos sino en su memoria.
En un torrente de reflejos del pasado, demuestra que la fotografía es lo suyo. Quedó atrapado en los juegos de luz y matices. El destino ha querido separarlo pero ha sido insistente. Vuelve al trabajo de la fotografía, por más ingrato que éste sea.

“Este premio me anima. Quiero continuar en esto, en la fotografía periodística. Técnicamente me siento maduro, pero estoy comenzando el camino y vienen muchos años, muchas fotos. Está por delante un mundo de creatividad”.
A Pacheco le brillan los ojos nuevamente; es otra imagen que no ha quedado impresa.

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