Jalisco | Algunos pensionados se quejan del trato que reciben en el Ipejal Pensiones, la callada espera Hay 16 mil 298 pensionados, dos mil 126 derechohabientes y 119 mil afiliados en Pensiones del Estado y, aunque el organismo tiene garantizadas sus finanzas, algunos de los usuarios lamentan que el servicio que reciben no siempre es el mejor Por: EL INFORMADOR 7 de agosto de 2012 - 02:55 hs Interior del Ipejal. Hay poco más de 16 mil pensionados en Jalisco y más de 119 mil afiliados en el Estado. / GUADALAJARA, JALISCO (07/AGO/2012).- Quince para las nueve por la mañana. Por la puerta del edificio del Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco, en la Unidad Administrativa Alcalde, se mete el aire frío, últimos pataleos de la lluvia que arreció en la madrugada tapatía. Ingentes cantidades de hombres y mujeres —jóvenes, viejos— son tragados por la boca transparente del inmueble y luego escupidos hacia una sala de espera agolpada de sillas, cubículos y confusión. Un señor de gorra roja y bigote cano se acerca al módulo de información y pregunta en dónde hay que cobrar. Sólo quiere eso: cobrar. La mujer que lo atiende, primero amable, luego seria y con el rostro seco, le responde: “Dígame qué es lo que quiere para orientarlo”. Mudo de furia, el señor se retira y pregunta a otra de las personas que esperan a ser atendidas. Hay 16 mil 298 pensionados, dos mil 126 derechohabientes y 119 mil afiliados en Pensiones del Estado y, aunque el organismo tiene garantizadas sus finanzas, algunos de los usuarios lamentan que el servicio que reciben no siempre es el mejor. Turno 37. “Listo, tres y media de la tarde a más tardar está listo el dinero, caballero”. La trabajadora de Pensiones del Estado golpea el pequeño escritorio de madera con un legajo de documentos y pide que pase el siguiente. Hay al menos 15 personas sentadas. Se escucha un golpeteo de tacones, el teléfono, el sonido que incita a que pase otro. Rápido. “Buenos días”. La incipiente deferencia se disuelve en una mueca de disgusto: “¿Qué trámite quiere hacer?”. “Présteme copia original de este documento. También permítame su credencial de elector, por favor”, dice la mujer del suéter blanco. El racimo de tarjetas y papeles se le cae de las manos. Lo recupera del suelo y lo coteja con los documentos. Mira a la computadora pero ya no a la persona que tiene en frente. Sus ojos oscuros tenían una curiosa manera de recorrer a su interlocutor de arriba abajo, pero evitando cuidadosamente encontrarse con los suyos. “Yo me quedo con la copia”. Tableteo del teclado. “Te voy a depositar 12 mil 800, ¿está bien?”. El hombre asiente y luego se va. Dentro del elevador, recargado en una de las estrechas paredes, un policía se queja con las personas que van al piso 7: “Hay policías que cobran seis, nueve y hasta 15 mil pesos de pensión”. A un costado, una trabajadora no da crédito a que hay personas que cobran 313 pesos mensuales: “Eso cobran unos, pero al día”. Desconcertadas y desesperadas, las personas que continúan a la espera de ser atendidas se paran de sus asientos con ademanes aturdidos, como si los hubieran remecido bruscamente durante la madrugada. Uno es Antonio Canales Castellón, de 66 años de edad. Policía de “Seguridad Pública del Estado” durante 30 años, este hombre bajo y macizo cuenta que fue hace 10 que se jubiló. Dice que de pensión percibe más de 16 mil pesos mensuales. No se queja del monto que le toca, pues nada más son su esposa y él los que se sostienen con ese dinero, sino porque hay pensionados con dos mil y hasta mil 500 pesos al mes. “No se vale. Se debe hacer una revisión. Hay personas que dejaron su vida en el trabajo y no pueden pagarles así”. Hoy no viene a cobrar, sino a pedir un préstamo por un problema familiar. Habla con voz débil para que no lo escuchen los guardias que hay detrás de donde se encuentra ni los demás presentes. Los demás escuchan desconfiados. Se trata de dinero. Y tienen prisa. Pero esperan. Antonio tiene el turno 86 y va el 63. Con paciente fatiga descansa la mano derecha en un apretado bolsillo y con la derecha sostiene un rosario de documentos. En la televisión se ve a un gimnasta en trance. Su cuerpo da piruetas y luego cae como estaca sobre el colchón dispuesto. Luego de la prueba el joven alza los brazos con orgullo y los señores lo miran sin parpadear, por mero trámite. Hay pensionados con mil 500 pesos al mes, lamenta Antonio: “Se debe hacer una revisión. Hay personas que dejaron su vida en el trabajo y no pueden pagarles así” Temas Municipios Ley de Pensiones Lee También ¿Cuesta menos viajar en avión a Vallarta que por la vía corta? La recomendación de hoy en la cartelera de cine es “1992: Noche sin ley” Regresa el sol y sube la temperatura en Guadalajara HOY Inauguran Punto Verde Metropolitano en Juanacatlán Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones