La XV Zona Militar será museo

GUADALAJARA, JALISCO.- Escasas personas en Guadalajara conocen otro nombre que la “Quinceava Zona Militar”, para llamar al edificio que se ubica en la calle Zaragoza, entre Reforma y San Felipe, pero salvo historiadores y arquitectos, son muchos menos quienes saben el origen de este excepcional edificio histórico de nuestra ciudad, que se levantó en el lejano 1733 para ser convento de las monjas agustinas de Santa Mónica.

Al paso del tiempo se había convertido en sede del Seminario de Guadalajara, casa de enseñanza de futuros sacerdotes, pero desde 1914, en plena refriega revolucionaria, el Ejército Constitucionalista de Álvaro Obregón lo ocupó e instaló un cuartel militar. Y su vocación castrense se extendió durante casi un siglo, hasta que no quedó memoria social del origen religioso.

Pero un nuevo giro histórico se consumará hoy para la “Quinceava”, pues durante la conmemoración de otro aniversario del Colegio del Aire, esta mañana el gobernador Emilio González Márquez firmará un convenio con el secretario de la Defensa Nacional, general Guillermo Galván, para que el Ejército Mexicano abandone la finca de arquitectura ecléctica y la entregue al Gobierno del Estado, que a su vez hará del lugar un museo con motivo del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.

Los militares que, bajo las órdenes del general Enrique Cánovas, a diario vigilan y conviven a distancia con los estudiantes de la Preparatoria de Jalisco, irán a un inmueble que construirá para ellos el Gobierno estatal en La Mojonera. La fecha de su salida no es definitiva, pero se espera sea antes del 16 de septiembre de 2010.

Militares serán reubicados en La Mojonera

El inmueble se convertirá en museo

El Gobierno de Jalisco y las Fuerzas Militares de México firmarán hoy el convenio en el cual el edificio que actualmente alberga las oficinas de la V Región Militar, será entregado al Estado para que se construya un museo. A cambio, el Ejército recibirá un nuevo inmueble, el cual se ubicará en la zona de La Mojonera, en Zapopan.

Se espera que el nuevo edificio militar quede listo antes de los festejos del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución, así lo informó el general de División Diplomado de Estado Mayor, Enrique Cánovas Buenrostro, quien no precisó la fecha en la que abandonarán el inmueble.

Entre los beneficios que menciona el Ejército por la reubicación es que contarán con mejor seguridad en la Mojonera, pues actualmente el inmueble está localizado en la calle Zaragoza, entre San Felipe y Reforma, y el estar en la zona Centro, se complican los movimientos de los militares.

El 11 de diciembre de 2008, regidores del Ayuntamiento de Guadalajara aprobaron que se girara un oficio al gobernador del Estado, Emilio González Márquez, donde se le hace saber que el municipio aprobó el acuerdo del Poder Legislativo, en el cual, se pide se inicien las gestiones necesarias para la recuperación del edificio, que durante varios años ha servido como cuartel de la XV Zona Militar, y que en 1995 cambió a ser la V Zona Militar. 

Para saber

El convenio será firmado por el general Guillermo Galván Galván, secretario de la Defensa Nacional, el general de División Diplomado de Estado Mayor, Enrique Cánovas Buenrostro, y el gobernador del Estado, Emilio González Márquez.


Crónica

El edificio que ahora ocupa la sede de la XV Zona Militar de Guadalajara originalmente fue un inmueble que cobijó al convento de las Monjas Agustinas Recoletas de Santa Mónica y que posteriormente albergó la casa central del Seminario de Guadalajara.

En 1700, la Corona autorizó que del Estado de Puebla se trasladaran cinco religiosas que mantenían las reglas de San Agustín, para que establecieran la comunidad de las Monjas Agustinas Recoletas de Santa Mónica en la Nueva Galicia, a petición de Don José de Gamboa y Don Miguel de Amescua.

Para erigir el convento, eligieron un predio de aproximadamente cuatro mil metros cuadrados, limitado por las actuales calles de Reforma, San Felipe, Santa Mónica y González Ortega. La fundación oficial del se realizó el 19 de febrero de 1720, aunque estuvo terminado en su totalidad hasta 1733, bajo cargod e Feliciano Pimentel.

En 1860, las religiosas fueron enclaustradas por el gobierno y el edificio fue subastado. El convento permaneció abandonado hasta que en 1868 fue puesto en subasta pública. El humanista y filántropo, Dionisio Rodríguez, lo adquirió para cederlo en comodato a la Arquidiócesis de Guadalajara, que lo ocupó para que funcionara como seminario, toda vez que la sede del mismo había sido enajenada por el gobierno para convertirlo en preparatoria, la llamada escuela “Liceo de Varones”.

El historiador y sacerdote católico, Tomás de Hijar, relata que el edificio de dos plantas, un patio central, con una arquería bella a la que se le recuerda como el “Patio de los Ángeles”, tuvo que ser modificado para albergar el nuevo Seminario Tridentino de Guadalajara.

“Al encontrarse la techumbre de viguería muy arruinada y ante lo grandioso que resultaba la reparación total de la misma, se pensó en construir un edificio con otra tecnología y con otros recursos”.

Ante ello, el arzobispo Pedro Loza y Pardavé consideró oportuno que se realizara este trabajo y puso la obra a concurso, que ganó el ingeniero Antonio Arróniz Topete, quien hizo un diseño que fue aplicando de manera gradual, de manera que los seminaristas pudieron continuar usándolo hasta la demolición total en 1898, momento en el que tuvieron que ser trasladados por cuatro años a una casa provisional en el Antiguo Claustro del Convento de San Agustín en Guadalajara.

Arróniz Topete fue uno de los artistas más brillantes de Guadalajara del siglo XIX: para la remodelación del inmueble adoptó como material de construcción un tabique de alta temperatura. El estilo se basó en los planos de un edificio construido en Milán, que constató la influencia arquitectónica del Norte de Italia del siglo XIX.

“En término artísticos se llama eclecticismo, una combinación de estilos. Adoptó como material constructivo algo más ligero que los sillares de piedra, algo más consistente que el adobe y entonces buscó la manera de producir un tabique a la alta temperatura como se estilaban (en ese entonces)”.

En 1902, los seminaristas fueron reintegrados al edificio, el cual además de ser un conservatorio para la formación de líderes espirituales, contaba con una de las bibliotecas más grandes de la ciudad (con alrededor de 15 mil ejemplares); laboratorios de biología, química y física; y el primer Observatorio Astronómico que hubo en Guadalajara.

Sin embargo, el 8 de julio de 1914, cuando las obras aún no se habían terminado por completo, bajo el comando del Ejército Constitucionalista, Álvaro Obregón tomó la ciudad como cabeza de un nutrido contingente de indios yaquis, y el Seminario se convirtió en un cuartel, por lo que la valiosa biblioteca fue arrojada a la calle y al arrollo que corría “miserablemente”.

Relatoría del historiador y sacerdote Tomás de Hijar
e información oficial proporcionada por el Cuartel General de la V Regón Militar.


“Ya hay suficientes museos en el Centro”

Sacerdote propone sede para escuela de restauración

Tras el anuncio de la firma del convenio entre el Gobierno del Estado y las Fuerzas Militares de México, con el cual Jalisco volverá a tener el inmueble donde están las oficinas de la XV Zona Militar, el historiador y sacerdote católico, Tomás de Hijar, propone que el espacio sea utilizado como la nueva sede de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO).

“Espero y haya una propuesta interesante, me atrevería a formular públicamente una que pudiera servir como recinto, como sede de la Escuela de Conservación y Restauración de Occidente, para que ahí hubiera instalaciones y talleres aptos para el resguardo y la custodia del patrimonio de los jaliscienses”, señaló el párroco, quien aseveró que actualmente la sede de la ECRO, que está en el cruce de las calles Analco y Medrano, resulta “insuficiente por su tamaño”.

Tomás de Hijar objetó ante el plan del Gobierno estatal de convertir el inmueble en un museo, ya que “resulta innecesario”, debido al número de espacios museográficos que hay en el Centro de la ciudad y que además, dijo, son “desaprovechados por la ciudadanía”.

“Si está la voluntad de los militares en desocupar el edificio que no les es práctico, se debería de pensar en un centro educativo o cultural. Considero que en el Centro de la ciudad ya hay museos suficientes, no del todo aprovechados, mientras que hay lugares como Tlaquepaque que no tienen un museo digno”.

Tomás de Hijar explicó que resultaría significativo que el recinto de la ECRO se integrara a la plaza o Jardín Agustín Rivera —que durante el tiempo que estuvo instalado el convento de las agustinas fungió como huerta— para que la zona que actualmente está reprimida se integrara a un proyecto cultural y educativo.

FRASE: "Se debería de aprovechar (el edificio) para un centro educativo o cultural. En el Centro ya hay museos suficientes, no del todo aprovechados, mientras lugares como Tlaquepaque no tienen un museo digno". Tomás de Hijar,presbítero e historiador.