Ignoran consejos ciudadanos de seguridad

GUADALAJARA, JALISCO (01/FEB/2014).- En Jalisco fracasa la operación de los consejos ciudadanos de seguridad, organismos de consulta, análisis y opinión entre las corporaciones municipales y la población. A 16 meses de haber iniciado las presentes administraciones, en Guadalajara están designados los consejeros “de forma democrática”, pero empezarán a operar oficialmente en la primera quincena de este mes. En Zapopan no funciona. En Tlajomulco se convocó para la conformación del organismo y sólo acudió una persona; por ello lanzarán otra estrategia. En Tonalá no hay noticias, y Tlaquepaque es el único que tomó protesta al órgano consultivo en septiembre, aunque lo preside el síndico Ernesto Meza Tejeda.

¿Por qué no participa la ciudadanía en temas de seguridad en los municipios?, se le presunta a Javier Carrasco Rueda, secretario técnico del Consejo Ciudadano de Seguridad de Jalisco, uno de los organismos estatales con mayor experiencia: “Hay tres causas: en los municipios con fuertes problemas de inseguridad, como los cercanos a Michoacán, se muestran temerosos y no quieren exponerse a represalías criminales; la autoridad municipal se ve agobiada y no percibe que la participación de la comunidad es algo que debería impulsar y, por último, hay apatía (de la población)”.

La historia se repite prácticamente en los 125 municipios. Estos consejos deben estar integrados por autoridades, líderes vecinales, académicos y empresarios. Mientras el Consejo Estatal tiene facultades y atribuciones para el establecimiento de lineamientos y directrices en política criminal, para el diseño de mecanismos de prevención de delitos y la elaboración de proyectos y programas de protección ciudadana, la Ley Estatal de Seguridad Pública estipula que los organismos municipales operarán con base en su propio reglamento.

La legislación ordena que el Consejo Estatal participará en la aprobación de nombramientos de directores y solicitará la destitución de servidores públicos que incurran en irregularidades. De allí la importancia de los consejos municipales, que podrían hacer las mismas recomendaciones.

Carrasco detalla que, en la medida que la percepción de inseguridad crece, “ésta es una de las mayores amenazas para motivar a que la gente se involucre”. Y añade sobre las fallas de las alcaldías: “Hemos trabajado con varios organismos, formamos a la gente y echamos a andar los consejos, pero vienen cambios de administración y provocan que cambien de representantes o desaparezcan. Desgraciadamente, por temas políticos no hay continuidad”. Por eso promueve tres líneas de acción: voluntad política, sustentabilidad jurídica (reglamentos internos) y facilidades presupuestarias.