Martes, 14 de Octubre 2025
Jalisco | Celebran a la Virgen en su día

Fe guadalupana, ''algo más que sentimiento''

Miles de fieles acuden al Santuario a escuchar la misa celebrada por el obispo auxiliar Juan Humberto Gutiérrez

Por: EL INFORMADOR

Santuario de Guadalupe. Al interior del templo los feligreses se dieron cita para ser parte de la celebración eucarística.  /

Santuario de Guadalupe. Al interior del templo los feligreses se dieron cita para ser parte de la celebración eucarística. /

GUADALAJARA, JALISCO (13/DIC/2012).- Nuevamente el Santuario de Guadalupe mostró su gran convocatoria para los creyentes con motivo de la fiesta de la  Virgen del Tepeyac. Los asistentes, como ríos humanos, entraban y salían de este recinto mariano tapatío del Centro Histórico, cuya misa solemne en esta ocasión fue presidida por el obispo auxiliar Juan Humberto Gutiérrez Valencia.

En su mensaje, el prelado exhortó a los feligreses a valorar el culto guadalupano, “más allá del entusiasmo y el sentimiento, y a imitar la actuación de Santa María en su actitud de servicio y seguimiento a Jesucristo, incluso cuando éste estuvo en la cruz al culminar su misión”.

En un atiborrado recinto, el obispo coadjutor resaltó que la Virgen de Guadalupe “es el símbolo más festivo del catolicismo mexicano, ya que remite a la acción del parto espiritual del Tepeyac que a partir del año de  1531 trajo consigo el surgimiento de la nación mexicana”.

Abundó que la acción evangelizadora en México, “bajo la conducción de Santa María de Guadalupe, ha sido un factor de unidad, ya que logró inducir que la raza vencida no es menos que la de los dominadores y que ambas comparten el hecho de ser hijos de Dios en la fe. Esto es motivo de tomar conciencia como católico”.

Insistió en que “el hecho de que la Madre de Dios asumiera el color de la piel de los vencidos marcó una nueva etapa para el país, a pesar de la incredulidad del entonces obispo Juan de Zumárraga ante el mensajero Juan Diego, quien fue testigo de una presencia sobrenatural transformadora que convirtió el cerro del Tepeyac en un jardín de rosas”.

La fiesta se traslada

En otras zonas de la ciudad también se veneró a la guadalupana. Locatarios del Mercado Manuel Ávila Camacho, en el tradicional barrio de Santa Tere, cooperaron para llevar mariachi a la Virgen de Guadalupe en su día.  

A las 12:40 horas, las guitarras, violines y trompetas sonaron al ritmo de “Las mañanitas”, y antes, mercaderes y músicos interpretaron “Virgen Ranchera”, al pie de la imagen que descansa en la entrada situada en la calle Andrés Terán.   

“Mi virgen ranchera, mi virgen morena, eres nuestra dueña, México es tu tierra y tú su bandera”, entonaron en el aniversario 481 de la aparición de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego.

Debajo del cuadro de la festejada, nochebuenas y rosas;  también se colocaron algunas veladoras.

Entre los mariachis con trajes entallados en verde seco y blanco, resaltaban dos mujeres: Basilia Sánchez de Ramírez y Ebodia Cárdenas, ambas arregladas como si de acudir a una fiesta tradicional mexicana se tratara; una con vestido blanco y reboso en el mismo tono, y otra con falda roja y blusa blanca con listones en verde y rojo, los colores de la Bandera nacional.

Después del canto a la Virgen, Sánchez de Ramírez, de 78 años, explicó a un músico el valor que tiene para ella La Morenita, por lo que pidió que cantaran de nuevo “Virgen Ranchera”, pero ahora en su puesto de comida, Tita’s. “Es de lo más hermoso que puedo tener desde niña”, aseveró. Y así fue. Los mariachis entonaron la pieza por 150 pesos.

¿Desde hace cuánto llevan mariachi a la Virgen en el mercado? Basilia presenta a Ebodia Cárdenas y cuenta que ella es de las que “cotizan” y se pone de acuerdo con los locatarios para contratar el conjunto, pues, añade, padeció cáncer y recuperó la voz. Y, así, desde hace más de 20 años, agradece a la Virgen recuperar la salud llevándole música.

EL DATO
Afluencia de fieles


Ayer por la noche en promedio ingresaron al Santuario alrededor de 500 personas por minuto para venerar a la Guadalupana; según estimaciones cientos de miles acudieron al festejo.

CRÓNICA
Una verbena popular


Una verbena popular se vivió en las inmediaciones del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe con motivo del 481 aniversario de las apariciones de Santa María de Guadalupe.

Desde la noche del martes y con el pasar de las horas, la cifra de visitantes aumentó y hasta las 14:00 horas de ayer, más de un cuarto de millón se fue congregando en  la parroquia situada en la el Centro de Guadalajara.

Buñuelos, tostadas de cueritos, tortas de carnitas, algodones de azúcar y hasta nieves raspadas, en esta época decembrina y con lo nublado del día, fueron las principales vendimias que se pudieron apreciar en la zona. Sin embargo, no todo fue dinero contante y sonante, ni los comerciantes ambulantes hicieron su agosto.

Óscar Castañeda, un fotógrafo que retrata a niños con la escenografía de un rancho, incluidos tres caballos pony,  dijo a este medio que las ventas han bajado hasta 60% menos respecto al año anterior: “A nosotros la tecnología nos ha pegado muy feo, ya todo mundo trae su cámara en el celular. Vienen, ven los animales, los tocan y dicen `mira, qué bonito´, pero uno no come de caricias”.

A las 18:00 horas, el grupo de orden del Santuario cerró el perímetro que comprende las calles de Hospital hasta Garibaldi, sobre la Avenida Alcalde, para dar pie a la tradicional verbena popular.

Por la mañana se llevaron a cabo tres misas: 7:00, 8:00 y 10:00 horas, en esta última, el obispo emérito de Guadalajara Humberto Valencia dio la tradicional bendición de las rosas.

Las puertas del templo cerraron pasadas las 23:00 horas para dar paso a los juegos pirotécnicos sobre la Avenida Alcalde.

SALDO BLANCO, PERO CON COMPLICACIONES VIALES
Reportan sólo atenciones médicas menores


El Ayuntamiento de Guadalajara celebra que no haya personas detenidas por disturbios o riñas a los alrededores del barrio del Santuario

Hasta las 18:00 horas de ayer, la afluencia de personas en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe era de 348 mil, cifra que manejó Protección Civil en coordinación con el grupo de orden de la parroquia; reportaron saldo blanco.

Minutos después, la cifra aumentó para llegar a un máximo de afluencia de 500 personas por minuto, lo que ocasionó saturación en las vialidades, las banquetas y hasta en los jardines del parque. A esa hora las filas ya eran de cuatro cuadras para poder ingresar al Santuario.

Alrededor de las 18:30 horas el desorden imperó sobre la Avenida Alcalde. Y es que alrededor de 13 danzas que iban a adorar a la Virgen se adelantaron a los elementos de la Secretaría de Vialidad y comenzaron a invadir las arterias principales del corazón tapatío.

Un grupo de automóviles quedó atorado entre las calles de Garibaldi y Hospital sobre Alcalde, donde uno de los carriles fue bloqueado totalmente. Al cruzar los danzantes, sin nada que lamentar, el ambulantaje también aprovechó y se apoderó de las calles.

Alrededor de las 20:00 el cierre de la Avenida 16 de Septiembre-Alcalde fue desde la calle Miguel Blanco hasta Hospital, debido a la afluencia de feligreses. Sin embargo, las calles que cruzan esta arteria vehicular funcionaron con normalidad.

Un promedio de 215 personas ingresaron y salieron del Santuario por minuto, hasta las 18:00 horas; no obstante, esta cifra, a las 19:00 horas creció a 320 cada 60 segundos para terminar en 500 personas a las 19:30 horas; con este dato, Salvador Flores, subcoordinador del grupo de orden del Santuario, se aventuró y dijo que a lo largo del día tuvieron un millón de visitas.

El director operativo de la Secretaria de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento tapatío, Francisco Órnelas Morales, informó que no se tenían reportes de personas detenidas o de incidentes registrados.

A su vez, el titular de la dirección de Bomberos y Protección Civil de Guadalajara, José Ángel Campa Molina, aseguró que se habían decomisado cinco cilindros de gas, cuatro de ellos de cinco kilos y otro más de 30 kilos.

Asimismo, se realizaron 170 supervisiones a comerciantes y a los juegos mecánicos instalados en la zona. Por su parte, el director operativo de la Secretaría de Servicios Médicos Municipales, Yanick Nordin, dijo que se brindaron ocho atenciones médicas, pero ninguna con lesiones graves. Tres personas habían sido atendidas de raspaduras por caídas, dos personas por hipertensión y otras dos por dolor abdominal.

Las puertas del Santuario se cerraron ayer a las 23:00 horas, para dar paso a los tradicionales juegos pirotécnicos.

CRÓNICA
“Juan Diegos” veneran a la Virgen


Una tilma de Juan Diego (ahora santo) no está solamente en la Basílica de Guadalupe, férreamente vigilada y tratada con el mayor de los cuidados, pues se trata de la prueba fehaciente de la aparición de “La Morenita” al indio allá por el año 1531. Ahora está en el abdomen de Carlos, en un pequeño “ayate” amarillo que viste y trae estampada la imagen —con color extra— de la Virgen. Es la original, asegura, y la porta orgulloso.

Aunque no es muy parlanchín, su mamá dice que su fervor es tal que se emocionó sólo con la idea de viajar desde Tlajomulco de Zúñiga hasta el Santuario de Guadalupe el 12 de diciembre. Toda una travesía para el niño de cuatro años, aunque para llegar a la misa de siete de la mañana debieron madrugar.

“Es muy guadalupano, su abuelita lo enseñó”, sigue Norma, la madre del pequeño Carlos, mientras lo observa en brazos de su papá. El niño, de sombrero de palma, huaraches y prematuros bigotes de lápiz cosmético, parece impávido ante el frío gris de esa hora de la mañana, pasadas las ocho. Se aguanta bien, no desea que algo obstruya la sagrada imagen de la que es asta.

Así como él, hay decenas, cientos, o quizá miles de niños —y también mayorcitos— que se sienten orgullosos de portar una réplica de la “madre de los mexicanos” en su traje de manta tiesa, ajustado a la cintura con un paliacate rojo.

Todos desde temprano, a ras de suelo o en brazos, avanzan hacia el altar del Santuario para ver de cerca a la festejada y elevarle sus plegarias, agradecimientos y también felicitaciones. Comparten el templo con miles de fieles —mujeres, viejos, bebés, jóvenes— que también veneran a la Virgen y se agolpan en los pasillos para llegar hasta el fondo y observarla ahí, vestida de Sol y posada sobre la Luna, unos minutos. 

Algunos apuran las flores para dejarlas a sus pies, otros dejan gotas de lágrimas a su paso, algunos le entregan sonrisas que traen una buena experiencia detrás, y otros más sólo cumplen con la promesa de visitarla, mientras el padre celebra la misa y exalta el papel de ella en la vida del católico mexicano.

Una vez terminado el recorrido religioso bien delineado por las autoridades, la tradición termina cuando el peregrino degustó un plato de buñuelos remojados, tamales o cualquiera de los platillos que oferta el vasto comercio informal que inunda la plaza principal, flanquea el perímetro del Santuario y se extiende sobre Avenida Alcalde obstruyendo la mitad de la banqueta.

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