Existen evidencias de culturas pretéritas en el Río Santiago

GUADALAJARA, JALISCO.-  Carlos López partió de la presa Santa Rosa (Amatitán) y caminó 70 kilómetros por el Río Santiago hacia el Río Bolaños en busca de indicadores que revelaran que ahí existió una ruta comercial desde el inicio de esta era hasta el año 500.

Los transectos iniciaron hace más de seis años. Sin embargo, se encontraron solo tres sitios tempranos y 25 del año mil después de nuestra era, lo cual “ha enriquecido” la investigación y evidencia que ahí existió una “cultura muy importante”.

La hipótesis inicial del arqueólogo del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Jalisco es que en esa zona existía una fuerte influencia de la cultura Teuchitlán y que probablemente tenía nexos con la ruta comercial ubicada en el Río Bolaños hacia la Zona Norte de Jalisco, documentada en la década de los 90 por María Teresa Cabrero de la Universidad Nacional Autónoma de México.

“Lo que tenía que encontrar son los sitios más tempranos, para saber si pasó o no este fenómeno. Aún me falta caminar por todo el cañón para encontrarlos. Sí he hallado algunos, pero se me ha dificultado porque en el año 700 hubo, un fenómeno geológico que colapsó en la barranca y la tapó toda. Ésa ha sido la dificultad”, explica López.

Puntualiza que lo interesante es que ahora tiene dos periodos de ocupación. El primero es el de las tumbas de tiro que inició en los primeros años después de Cristo y el segundo es el que está en la superficie, del mil después de Cristo.

“He estado haciendo pozos estatigráficos para encontrar vestigios sepultados. Por eso pude determinar que hubo un colapso y hay capas de uno a tres metros que ocultan los asentamientos más tempranos”, comenta.

Este proyecto se origina para darle continuidad a la investigación que existía del Río Bolaños, en la que la arqueóloga Cabrero encontró evidencias desde el año cero hasta el mil 500 después de Cristo.

“Hicimos análisis de lítica, cerámica, patrones de asentamiento… ahí estuve 10 años de mi vida y ahora en este proyecto del Río Santiago he encontrado patrones similares como los tipos de cerámica y que en el 500 después de Cristo, se acaba la ruta comercial”, pues hay un reacomodo en muchas culturas de Mesoamérica, como en Teotihuacán o la tradición Teuchitlán.

De acuerdo a las evidencias en el Río Santiago, en el año 700 hay poblaciones que comienzan a migrar y bajan al cañón de Bolaños. “Creo que estos grupos bajan de norte a sur, por el Río Bolaños y se meten al Santiago, muchos de éstos suben por Hostotipaquillo y llegan a los municipios de Magdalena y Etzatlán. Son grupos que se establecen entre el 800 y el mil después de Cristo y muy probablemente los 25 sitios que he encontrado son producto de una migración de esa época”.

Este tipo de asentamientos son muy comunes, pues los pueblos buscaban agua y el Río Santiago era una magnífica fuente de pescado, camarón, ostión, tortuga. “Las condiciones medio ambientales eran distintas, el agua no estaba tan deteriorada, los bosques llegaban hasta los ríos, pero ya no hay nada por la tala desmedida. En los estudios paleoambientales que se han hecho en el cañón de Bolaños, hay evidencias de que las condiciones eran mucho mejores, incluyendo las tierras”.

La investigación se reactivó y amplió el año pasado, pues para realizar la Presa La Yesca, la Comisión Federal de Electricidad ha pagado para realizar una prospección arqueológica en toda el área a inundar. “Ya tengo ubicados los cañones, pero me detuve en Agua Fría porque encontré una presencia inusual de vestigios: hay gran concentración de petrograbados y otros restos”.
Para Carlos López haber detectado estos 25 sitios pretéritos en el río Santiago es “importantísimo”, pues no se sabía nada de esta cultura a la cual “yo no le quiero poner nombre, pero la doctora de la UNAM la llamaba Bolaños por la zona geográfica”.