El señor presidenciable

Hemos visto en los últimos días una tontería más grande que las que salen de la boca de cierto hombre que viste de púrpura encendido y odia todo aquello que le es diverso. Hablo, naturalmente, de las aspiraciones presidenciales de cierto dipsómano que afirma, entre otros disparates, que los Panamericanos nos tienen con el Jesús en la boca, todos emocionados, como nunca antes. Que ni siquiera en la plaza de las Tres Culturas, el 2 de octubre de 1968, se sintieron tantas emociones fuertes como las que vendrán para Jalisco, con una justa deportiva para la que definitivamente no estamos preparados y no contamos con presupuesto.

Nada me causaría más placer que el tour del horror para los invitados. Llevemos a los deportistas y dignatarios que nos visiten a El Salto, mostrémosles cuan incapaces somos de respetar nuestros recursos naturales, de regular a las empresas, de conservar el medio ambiente para las generaciones que vendrán.

También llevémosles a Temacapulín, para que disfruten de nuestro absoluto desinterés por nuestro pasado y nuestra capacidad de hundirlo en la nada, independientemente de las opciones posibles.

O a Tenacatita, para que sufran el turismo extremo y entiendan cómo nos vale sombrilla la Constitución cuando se trata de hacer dinero con el espacio público.
Una vez mostrados estos atributos incuestionables, hablemos de otra cosa, de cómo el señor González Márquez sabe cómo ganar una elección, cómo su asquito, su papelito, su historial, son cartas impecables que no dejan lugar a dudas en cuanto a sus posibilidades de ser el próximo preciso nacional.

Ahora que si quieren ponerse serios y hablar de cosas verdaderamente importantes, puedo contarles que han sucedido asuntos de interés en las redes sociales. Saludo al señor Vielma, que atento a twitter vio como @reiies denunció los malos manejos de las oficinas de Obras Públicas de Zapopan y actuó en consecuencia. Resulta verdaderamente agradable ver a un funcionario público entender el potencial de las redes sociales y actuar en consecuencia.

En cuanto al twitter de Comunicación Social del Gobierno estatal, le tengo cuatro letras: ¡jaja!