Jueves, 02 de Enero 2025
Jalisco | Grandes ciudades del mundo buscan solución al comercio informal callejero

Ambulantaje, un reto internacional

Igual que en Guadalajara, urbes como Nueva York y Madrid lidian con los vendedores de la calle, quienes reclaman respeto a sus derechos

Por: EL INFORMADOR

Buenos Aires, Argentina. La venta informal está presente en todo el mundo.EFE  /

Buenos Aires, Argentina. La venta informal está presente en todo el mundo.EFE /

GUADALAJARA, JALISCO (11/AGO/2012).- La pugna entre autoridades y comercio ambulante no es exclusiva de México ni de países en vías de desarrollo. De hecho, en ciudades como Madrid —desde antes de la crisis europea— las autoridades españolas han llegado incluso a negociar con los informales, mientras que en Nueva York el gobierno local ha sido hasta acusado de abusos contra los comerciantes de calle.

En Madrid, a los informales los conocen como “manteros”, pues colocan su mercancía en mantas sobre el suelo para plegarlas hábilmente si se aparece la Policía municipal: cuando se encuentran, comienza la persecución.

Aunque está prohibido —al igual que en Guadalajara— el comercio ambulante en el primer cuadro de la ciudad, los vendedores se las ingenian para esquivar a los gendarmes todos los días; la mayoría, registra la prensa española, son inmigrantes provenientes de Senegal y Bangladesh que escapan de la Policía metiéndose en las estaciones del metro, con su mercancía pirata envuelta en sábanas.

La autoridad local argumenta que no siempre se les detiene para evitar accidentes “innecesarios” en una persecución, como un atropellamiento, pues no se trata de un delito grave. Sólo hacen acreedores a una sanción administrativa. “Lo que siempre se suele hacer es abrirles un expediente por infracción de la Ley de Extranjería, ya que la mayoría está sin papeles”, señalaron la semana pasada a El País agentes policiales.

En municipios como Tarragona, en Cataluña, los enfrentamientos entre autoridades y “manteros” tomaron tal grado de violencia que, para evitar mayores daños, el Ayuntamiento optó por pactar con ellos: los regularizaría y se arregla el problema.

En Nueva York, inmigrantes denuncian abusos

En Nueva York, por su parte, el ambulantaje es permitido, pero tiende a salirse de control. Para emprender comercio alimenticio legal en las calles se necesita una licencia emitida por el Departamento de Servicios al Consumidor y, además, un permiso para el carrito de venta.

Sin embargo, para conseguir una licencia es necesario inscribirse a una larga lista de espera, pues sólo se permiten mil espacios de venta callejera en toda la ciudad, con un permiso para trabajar durante dos años y la obligación de enlistarse para renovarlo. Quienes tienen prioridad son los estadounidenses y los discapacitados, por lo que, desesperados por la lentitud de la lista, los inmigrantes, principalmente, instalan sus carritos sin documentos.

Recientemente un grupo se manifestó para denunciar abusos policiales: dicen que los privaron de sus insumos y les destruyeron su carrito, que llega a costar mil 500 dólares, y que además les impusieron multas de hasta dos mil dólares. “La ciudad tiene ‘congelados’ los permisos para los carritos y nosotros tenemos que trabajar”, argumentó una hondureña a la agencia EFE.

LA VOZ DEL EXPERTO
Hacer cumplir la ley, el tema prioritario

Miguel Ángel Ortega Solís
(especialista en derecho social)

La autoridad municipal debe respetar el vocacionamiento de los espacios públicos: si el espacio en el que se encuentran los comerciantes ambulantes no está normado y ellos lo han ocupado durante mucho tiempo, efectivamente pueden recurrir al amparo. Pero, si se colocan en un lugar en el que está prohibido instalarse, la situación es diferente: no tienen ningún derecho, la autoridad tiene que observar la ley y debe hacer que se cumpla.

Así lo advierte Miguel Ángel Ortega Solís, jefe del Departamento de Derecho Social de la División de Estudios Jurídicos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, de la UdeG, quien recuerda que, en el conflicto entre el Ayuntamiento de Guadalajara y los comerciantes ambulantes que pretenden permanecer en el Centro Histórico tapatío, hay un reglamento que prohíbe aprovechar el primer cuadro de la ciudad.

Si los comerciantes se encuentran en una zona sin normatividad, admite el especialista, generan derechos, lo cual podría abrirles la puerta a un amparo, pero “lo principal es que la autoridad ejerza para efectos de que observen la ley. A veces el problema lo genera la misma autoridad, porque no ejerce su autoridad. Tiene que ser pareja y no dar concesiones a nadie”.

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