Sábado, 27 de Abril 2024
Jalisco | La Crónica Negra por Omar Ruvalcaba

15 mil pesos para caguamas

Después del trajín diario que supone el trabajo de reportero, los detalles llegan lentamente

Por: EL INFORMADOR

Y la reportera no sólo quería el nombre, también imágenes, sin importar cómo las conseguiría. ARCHIVO  /

Y la reportera no sólo quería el nombre, también imágenes, sin importar cómo las conseguiría. ARCHIVO /

Días antes del 29 de mayo del 2008 un joven había firmando un papel que significó su contrato dentro de una editorial, pero cuando inició jamás pensó que tendría que cubrir en su primer día la ejecución de un policía zapopano.

Eran las 08:00 horas de la fecha en mención, cuando él ya estaba reportándose con su jefa; una compañera le diría como iniciar en el mundo la nota roja.

Las primeras clases fueron regaños y consejos, que iniciaron afuera de la Procuraduría estatal, en un momento dado, se escuchó el teléfono celular de la reportera “maestra”, y una voz dijo “en breve hay un ejecutado en la colonia Seattle”, ella contestó, ya está la nota del día.

Vámonos, dijo la mujer al joven aprendiz.

En cuestión de 20 minutos ellos cruzaron casi toda la ciudad de Guadalajara y cuando llegaron al lugar del crimen, una gasolinera ubicada en las calles San Jorge y Paulino Navarro, en la colonia Seattle, de Zapopan, había ya un centenar de personas y patrullas.

Al bajar del vehículo en que viajaron el par de comunicadores, ella en primera instancia le dijo “toma muchas fotos, pero muchas y sobre todo de aspectos y detalles, quiero buenas fotos”, aseveró.

La misión estaba ordenada, el joven comenzó a captar con su cámara lo que había pasado en ese lugar. En primera escena estaba una camioneta Jeep Grand Cherokee SRT-8, valuada en 616 mil pesos, toda baleada.

El parabrisas de la camioneta tenía impactos de bala, el entorno se volvió pesado, personas viendo lo que había pasado, empleados de la estación de gas dentro de un carro de “judas”, retenidos como testigos, policías investigadores hablando en todo momento por radiotransmisores en un mundo de claves, reporteros especulando y, al fondo, la camioneta baleada, también más de una decena de casquillos calibre .9 milímetros tirados.

El joven novato se acercó con su “maestra” y le dijo ya tengo fotos de lo que me pediste, y también de los empleados que están en el carro de los “judas”.

Ella contestó a las 11:30, tienes de los retenidos y él dijo sí, les tome cuando abrieron la puerta del carro y ya, ella dijo “suerte de novato”.

Pasaron un par de minutos cuando la reportera le dijo nuevamente a su secretario, vete en un taxi a la Cruz Verde Zapopan Norte y debes tomar la foto del policía muerto y conseguir su nombre a como dé lugar.

Posteriormente, ya sentado dentro de un taxi del sitio 31, en la visión del túnel del tiempo, el aprendiz se preguntó ¿Cómo le voy hacer?...

Al llegar vio a un policía zapopano al que cuestionó por el nombre del fallecido, amablemente el oficial contestó:“Luis Fernando Rodríguez Chávez, de 40 años, y el herido es un cuñado de él, Miguel Edmundo Cornejo Fierro, abogado de 45 años, a éste se lo llevaron a un hospital particular”.

Y la pregunta: ¿Dónde está el muerto?

Como cualquier persona se metió al puesto de socorro el cual no conocía, y de pronto abrió una cortina donde estaba una persona llena de hoyos en su cuerpo, rápidamente el joven reportero sacó de su mochila su cámara y le tomó ocho fotos de diversos ángulos, hasta que una enfermera increpó: “muchacho aquí no puede tomar fotos, salgase”.

Ya afuera había llegado un puñado de camarógrafos y fotógrafos y entre ellos estaba la “maestra” del joven.

¿Dónde estabas?, ya llegó la camioneta del Semefo tómale cuando saquen el cuerpo del poli. En respuesta, él comentó: “Ya tengo foto del muerto, la tome adentro, ¿Se ocupan fotos de la salida? ella contestó sí.

Pasaron los minutos y el muerto fue puesto en una camioneta de la que salían  olores fétidos.

Ya cuando se había terminado el evento la “maestra” reportera le preguntó, ¿Te pasaron el nombre del poli?, porque nadie quiere pasarlo, él dijo que se llamaba Luis Fernando Rodríguez Chávez, de 40 años y el herido un cuñado de él, Miguel Edmundo Cornejo Fierro, abogado de 45 años.

“Buen trabajo”, dijo suspirando la reportera.

En ese momento el novato observó su reloj que marcaban las 14:30 horas, y preguntó: ¿A dónde vamos ahora?, ella dijo a escribir sólo traemos esto, pero ya es suficientes, y tu vas a transcribir las citas de la personas que entrevisté.

Ya en la redacción, las instrucciones que ella había dado fueron nuevamente giradas por los editores.

Su trabajo terminó en un par de horas cuando las fotos y textos estaban en el poder de los editores, quienes cuestionaban severamente el por qué un policía de línea tenía una camioneta de lujo cuando ganaba ocho mil pesos cada 15 días.

Fue entonces cuando recordó que unos “judas” dijeron que el muerto tenía en su pantalón 15 mil pesos que serían utilizados para las caguamas.

¡Qué mundo tan tranza!

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