Un presidente contra la violencia que provocan las armas de fuego

GUADALAJARA, JALISCO (07/ENE/2016).- Recientemente el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, anunció las medidas que aplicará el Poder Ejecutivo ante la violencia generada por armas de fuego.

La imagen del presidente conmovido hasta las lágrimas ante la situación apareció en numerosos medios nacionales e internacionales; algunos apuntaron que éstas han sido las acciones más audaces que ha tomado el mandatario.

Ante esto, surgen algunas preguntas: ¿por qué el Congreso se rehúsa a colaborar?, ¿cuánto puede hacer un presidente? ¿de qué se tratan estas medidas? y más importante, ¿funcionarán?

Obama actuará sin el respaldo del Congreso

Desde el tiroteo que tuvo lugar en la escuela Sandy Hook en diciembre de 2012, el presidente ha presionado al Congreso y ha enviado iniciativas de ley para hacer más estricto el proceso de ventas de armas, propuestas que han sido rechazadas ocasión tras ocasión.

Obama ya no toleró la situación y se reunió con la Fiscal General Loretta Lynch para discutir las acciones que podría emprender sin recurrir al Congreso.

Sin embargo, las medidas propuestas por el presidente tienen una gran desventaja. Al no plasmar estas acciones como parte de la ley y por ser facultad exclusiva del Ejecutivo, es posible que el próximo presidente decida ya no aplicarlas.

Más probablemente sucedería si el siguiente mandatario fuera republicano, como Ted Cruz o Donald Trump.

Las acciones anunciadas por Obama

La compra y venta de armas de fuego es la transacción más regulada de Estados Unidos y para la única que se requiere un permiso otorgado por el FBI. Éste se entrega luego de que el buró realiza una revisión de antecedentes del comprador interesado. Esta condición está vigente desde 1938 y aún así, hay maneras de evadirla y adquirir un arma.

Por lo tanto, estos son algunos puntos que propuso el Presidente:

- El FBI contratará a más de 230 personas para trabajar en la revisión de antecedentes. Este es un proceso obligatorio que tiene un plazo, si el FBI no lo entrega en tres días, la persona puede proceder a comprar el arma. Con esto, el personal aumentará en 50 por ciento y podrán trabajar más rápido.

Según medios, esto es lo que sucedió en el tiroteo en Charleston, el atacante pudo adquirir un arma porque el FBI no entregó el permiso dentro del plazo.

-También se requerirá hacer revisiones de antecedentes a quienes intenten comprar armas a través de entidades legales como corporaciones o fideicomisos, lo que antes no era necesario.

-El Departamento de Salud cambiará su legislación en cuanto a un asunto clave. Le impedirá a los Estados denegar información médica acerca de la salud mental del interesado, lo que antes estaba protegido y no se incluía en la revisión de antecedentes.

-Se financiará la realización de más investigación para crear tecnologías que hagan más seguras las armas y se eviten accidentes.

-La administración no dejará de presionar al Congreso y destinará más fondos para reforzar las leyes existentes sobre control de armas y tratamientos de salud mental.

Los huecos de la legislación existente

Existe otro problema con la revisión de antecedentes obligatoria. Otra forma más de evadirla y que Obama quiere combatir es la cuestión de las ventas privadas. Por ejemplo, cuando alguien le compra un arma a un amigo o familiar, no se realiza ninguna revisión de antecedentes.

Otro de los mayores problemas es que el área del FBI encargada de las revisiones carece de suficientes fondos y personal.

La revisión de antecedentes depende en gran parte de la información que cada Estado comparte al FBI. Muchos estados no entregan información médica, o se oponen ideológicamente y no cooperan.

Las acciones de Obama no cierran completamente estas lagunas, señala el medio Vox, sin embargo,  sí representan una oportunidad para hacer más estricto el proceso.

¿Por qué no se hace más?

A pesar de ser el país con más armas de posesión privada, entre 270 y 300 millones de armas de fuego, y de tener los índices más altos de violencia, el Congreso no hace nada para tapar los huecos legales.

“Las razones de esto son complicadas, pero generalmente tienen sus raíces en la fuerte cultura de las armas arraigada en Estados Unidos y en el poderoso lobby detrás de esa cultura.”

El lobby, o grupo político de las armas más poderoso es la Asociación Nacional del Rifle (NRA).

Con más de cinco millones de miembros, según la propia organización, la NRA es una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la protección de la Segunda Enmienda, que destina anualmente millones de dólares en campañas, donaciones a políticos y grupos de presión en Washington para que no se recorte un ápice el derecho a poseer armas.

La NRA también puntúa a los congresistas de acuerdo con su grado de simpatía u oposición al derecho a las armas con una calificación de la A a la F, un ránking que los políticos tienen muy en cuenta y que, en algunas zonas del país, puede llegar a levantar o arruinar la campaña de un candidato.

En las elecciones intermedias de 2014, la NRA destinó nada menos que 35 millones de dólares a los candidatos republicanos con mejores puntuaciones.

Según The Guardian, estas son las últimas calificaciones de los candidatos:

Republicanos
-Ted Cruz A+
El senador texano es quizá el más fiel defensor de la Segunda Enmienda. Disfruta tanto de su derecho de portar armas que incluso grabó un video cocinando tocino con un rifle. En cuanto Obama terminó su discurso el 5 de enero, su campaña lanzó una polémica propaganda titulada “Obama te quiere quitar tus armas”

-Jeb Bush A+
-Rick Santorum A+
-Rand Paul A
-Marc Rubio B+
-Donald Trump N/A*
No aplica porque nunca ha sido senador

Demócratas
-Bernie Sanders D-
-Hillary Clinton F
La favorita demócrata está reprobada por la NRA. Al inalizar el último discurso de Obama, la precandidata compartió en Facebook que de llegar a la Casa Blanca, continuaría las acciones del presidente. Ha manifestado en diversas ocasiones la urgencia de actuar ante la violencia provocada por armas.

Sólo un discurso, dicen algunos medios

El periódico británico The Telegraph criticó el discurso del Presidente, alegando que el foco de atención de los medios se centró en las lágrimas que Obama derramó. Consideró, en un artículo, que estas medidas no funcionarán y que el discurso sólo fue retórica.

“La implementación de estos controles casi seguramente no harán ninguna diferencia en quitar las armas de las manos de los tiradores. Es un gesto simbólico, más que ninguna otra cosa.”

“El único resultado seguro es que estas medidas serán muy politizadas para estas elecciones, un dulce para Clinton y Cruz.”

El verdadero problema (y la solución)

La administración de Obama se acerca a su fin y de acuerdo al medio Vox, aunque sus acciones ejecutivas podrían reducir las lagunas legales, no serán suficientes para reducir la violencia.

El Senado tampoco pasará ninguna ley más estricta. “La razón es simple: el problema es que Estados Unidos tiene demasiadas armas, así que cualquier medida que no reduzca este número quedará corta para reducir la violencia que provocan.”

Académicos consideran que pasarían décadas para que estas medidas ‘suaves’ puedan tener un impacto significativo.

“Considero que tomaría un buen tiempo para que la violencia baje al nivel de otros países desarrollados, porque tenemos demasiadas armas, que son durables, y porque tenemos una cultura de las armas; las usamos en muchas más situaciones que otros ciudadanos de cualquier otro país” apunta el investigador de Harvard, David Hemenway.

Para tener un impacto más inmediato, el país tendría que encontrar una manera de reducir las armas en circulación. Dado que ese tipo de medidas difícilmente serían aprobadas en el Congreso, Obama decidió, al final de su administración, actuar sin su respaldo y poner un grano de arena.