Jueves, 16 de Octubre 2025
Internacional | Los Hermanos Musulmanes se manifestarán tras la oración tradicional de los viernes

Islamistas egipcios convocan a nuevas manifestaciones

Los Hermanos Musulmanes se manifestarán tras la oración tradicional de los viernes

Por: AFP

Familiares de las víctimas oran por los manifestantes fallecidos en la última jornada de violencia en el país. AP /

Familiares de las víctimas oran por los manifestantes fallecidos en la última jornada de violencia en el país. AP /

EL CAIRO, EGIPTO (15/AGO/2013).- Los Hermanos Musulmanes convocaron un  "viernes de la cólera" con nuevas manifestaciones en El Cairo en un nuevo pulso  contra el ejército egipcio cuando el balance de la represión de los últimos  días sobrepasa los 600 muertos.

Tras la condena unánime de la comunidad internacional del baño de sangre en Egipto, en Nueva York, los 15 países del Consejo de Seguridad pidieron el  jueves a los diferentes actores un "máximo de contención".

Los Hermanos Musulmanes han convocado nuevas manifestaciones tras la  oración tradicional de los viernes, que hace temer una nueva jornada de  violencia en el país que se encuentra en estado de emergencia.

"Las manifestaciones contra el golpe de Estado mañana (viernes) saldrán de  todas las mezquitas de El Cairo y se dirigirán hacia la plaza Ramses tras la  oración por un "viernes de la cólera'", precisó el portavoz de la cofradía  islamista, Gehad El Haddad, en su cuenta Twitter.

Estados Unidos canceló, por su parte, los ejercicios militares conjuntos y  aconsejó a sus nacionales que abandonen el país, aunque no ha interrumpido la  ayuda militar anual --unos mil 500 millones de dólares-- que va en su mayor parte  al poderoso ejército de su gran aliado.

No obstante, las autoridades estadounidenses se reservan la posibilidad de  adoptar "medidas adicionales", advirtió el presidente Barack Obama, que condenó  "enérgicamente las medidas adoptadas por el gobierno interino egipcio", como la  reinstauración del estado de emergencia.

La presidencia egipcia reaccionó inmediatamente y criticó las  "declaraciones que no se basan en hechos", y que en su opinión, amenazan con  "alentar a los grupos armados violentos".

Lejos de tratar de calmar la situación, las autoridades egipcias,  designadas por el ejército, han autorizado a la policía a disparar balas reales  contra los manifestantes que ataquen bienes públicos o a las fuerzas del orden.

El ministerio del Interior hizo este anuncio a raíz del ataque contra la  sede de la provincia de Guiza en las afueras de El Cairo y la muerte de nueve  policías y militares, cuya autoría fue atribuida a "islamistas".

El gobierno había elogiado la "gran moderación" de la policía tras la  dispersión del miércoles de los dos campamentos erigidos en El Cario por  partidarios del primer presidente democráticamente electo Mohamed  Morsi,  destituido el 3 de julio por el ejército, y la violencia que se propagó después  por todo el país.

Según el último balance del ministerio de Salud, 578 personas perdieron la  vida, de ellas 535 civiles, en el día más sangriento desde el inicio de la  revuelta que expulsó del poder a Hosni Mubarak, en febrero de 2011.

Según el ministerio, 228 personas murieron en la plaza Rabaa al Adawiya,  principal fuerte islamista y otros 90 murieron en otro foco de resistencia,  también en El Cairo. Según las autoridades, 43 policías han muerto.

Los Hermanos Musulmanes hablan por su parte de dos mil 200 muertos y más de  10 mil heridos.

Las autoridades han decretado estado de emergencia por un mes y hay toque  de queda en la mitad del país entre las 19:00 (17:00 GMT) y las 06:00 (04:00  GMT). La suspensión del estado de emergencia fue un logro de la revuelta de  2011.

Por su parte, Tamarrod, el movimiento que promovió las gigantescas  manifestaciones que llevaron a la destitución de Mursi, instó a los egipcios a  que creen "comités populares" para defender al país contra lo que denominan  "terrorismo" de los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Mursi.

Varias figuras emblemáticas egipcias se desmarcaron de la sangrienta  operación de las fuerzas de seguridad.

El vicepresidente Mohamed ElBaradei, premio Nobel de la Paz, que había  aprobado el golpe militar contra Morsi, dimitió asegurando que rechaza "asumir  decisiones con las que no está de acuerdo".

También el imán de Al Azhar, la mayor autoridad del islam sunita, condenó  la violencia y explicó que ignoraba los métodos que las fuerzas de seguridad  contemplaban utilizar.


Evitar la guerra civil

La comunidad internacional, que había tratado de mediar para evitar este  baño de sangre, ha condenado unánimemente la violencia.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reunido a pedido de Francia,  Gran Bretaña y Australia, pidió a los egipcios que den "muestras de un máximo  de contención".

La embajadora argentina María Cristina Perceval dijo que los 15 países del  Consejo "deploran las pérdidas humanas" y esperan el fin de la violencia así  como un avance hacia la "reconciliación nacional", al resumir a la prensa los  resultados de la reunión de consultas a puerta cerrada.

La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pidió  el jueves una investigación sobre la actuación de las fuerzas de seguridad  egipcias.

El presidente francés, François Hollande, exhortó a que se haga todo lo  posible "para evitar la guerra civil" en Egipto.

Varios países europeos han convocado a los embajadores de Egipto en sus  capitales y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, denunció la  "matanza muy grave". Turkía ha llamado a consultas a su embajador en Egipto.

Por su parte, el papa Francisco pidió que se rece por la "reconciliación"  en este país donde varias iglesias cristianas fueron objeto de ataques.

China también expresó su "gran preocupación" por la situación en el país  norteafricano y Moscú recomendó a sus nacionales que no viajen a la tierra de  los faraones.

El poder había instado varias veces a los partidarios de Morsi a abandonar  sus acampadas pacíficamente.

Antes del asalto del miércoles, los enfrentamientos entre partidarios y  opositores de Morsi y los ataques contra las fuerzas de seguridad en el Sinaí  habían dejado más de 300 muertos desde finales de junio.

Miles de manifestantes habían pedido al ejército la destitución de Morsi,  acusado de acaparar el poder y  de acabar de arruinar la ya exangüe economía.

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