WASHINGTON, EU.- La memoria y el legado de Martin Luther King impregnaron hoy la contienda electoral, donde demócratas y republicanos se disputaron la leyenda del líder de los derechos civiles, asesinado hace 40 años en un hotel de Memphis, para apuntalar sus campañas entre la comunidad afroamericana.En una decisión polémica, Barack Obama prefirió evitar el ritual del peregrinaje a la ciudad de Memphis, donde decenas de líderes religiosos y comunitarios marcharon con la gente en memoria de Luther King. La ausencia de Obama, justificada por simpatizantes que alabaron su decisión de rehuir del "oportunismo electoral", le granjearon los ataques de quienes criticaron su ausencia en Memphis, por ir "contra el legado y la historia" de una figura como Luther King."La gente no entendió su ausencia. Porque, sin Luther King, Barack Obama no habría llegado a donde está", consideró el profesor Conrad Fink, de la Universidad de Georgia.Impasible a las críticas, Obama se hizo escuchar desde la localidad de Fort Wayne, en Indiana, para rendir tributo y hablar del "trágico aniversario" de un acto criminal que hace 40 años terminó con la vida de Luther King"Fue un Moisés de la era moderna cuyo sueño, a favor de la igualdad racial y la equidad, aún sigue sin cumplirse", dijo Obama al mencionar a las poco más de 80 mil personas que perdieron su trabajo en marzo pasado y a los miles que luchan por no perder su casa, en medio de una recesión económica y una crisis inmobiliaria."Hoy, a pesar de tener un pasado distinto, todos compartimos un mismo destino. Y nuestra misión es completar la obra que inició el doctor King", dijo Obama, en un acto que se desmarcó de los actos de campaña de Clinton y McCain en Memphis.Convertido en centro de peregrinaje, el balcón del Hotel Lorraine -donde cayó abatido Luther King el 4 de abril de 1968-, vio llegar a primera hora al aspirante republicano, John McCain, que desafió a la lluvia pertinaz, a los abucheos aislados y a su mala conciencia, para pedir perdón por el error cometido en 1983, cuando votó como congresista contra la propuesta de crear un día festivo en memoria de Luther King."Me equivoqué, fue un error. A veces nos tardamos en hacer las cosas correctas", reconoció McCain entre un murmullo de voces que escucharon su mea culpa y el tardío propósito de enmienda que, al final, permitió que el día de Luther King se hiciera realidad en Arizona con 20 años de retraso.Casi de manera inmediata, el turno fue de Hillary Clinton que hizo acto de presencia en el Hotel que ha sido convertido en el Museo Nacional de los Derechos Civiles, para asomarse al balcón donde Luther King fue asesinado por un francotirador. Poco antes, en el Templo Mason de Memphis, donde Luther King pasó las últimas horas antes de su asesinato, Clinton había evocado al borde del llanto, el momento en que lo conoció:"Yo tenía sólo 14 años, cuando me estrechó la mano en Chicago y me dio las gracias por venir", dijo Clinton al evocar el legado de un hombre que, aseguró, "ha permitido que, después de 219 años y luego de 43 presidentes, hombres y blancos, una mujer y un afroamericano puedan convertirse en presidente de Estados Unidos".Clinton aprovecharía este evento para anunciar que, en caso de llegar a la Casa Blanca, una de sus primeras medidas será la creación de un puesto que tendría las funciones de un "zar contra la pobreza". El anuncio, un intento por recuperar terreno ante el electorado afroamericano, fue interpretado además como un guiño hacia John Edwards –que abandonó la contienda a fines de enero pasadoícon la esperanza de conseguir su respaldo. SUN 04-04-08 IJALH