Sergio Vela defiende la ópera La Rondine, de Giacomo Puccini

CIUDAD DE MÉXICO.-  La ópera "La Rondine" (La Golondrina), que por años fue una especie de "patito feo" en el repertorio del compositor italiano Giacomo Puccini (1858-1924), actualmente comienza a ser valorada y por ello programada en los teatros más importantes en el mundo, consideró Sergio Vela Martínez.  

Al participar en el ciclo "Lunes de Do de Pecho. Lo que quieres saber sobre la ópera y no te atreves a cantar", en el Lunario del Auditorio Nacional, el director de orquesta refirió que la pieza, que tiene una azarosa historia inicial, ha suscitado muchos malos entendidos.  

Incluso, una profunda insatisfacción por parte del compositor y, de alguna manera, un denuesto constante ha gravitado en torno a ella, dijo al ofrecer un panorama de la obra que será transmitida en vivo, el siguiente sábado, desde el Metropolitan Opera House de Nueva York.  

"La Rondine", agregó el también presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), quedó opacada por otras obras puccinianas como "La Bohéme", "Tosca", "Madama Butterfly", "Manon Lescaut", "Turandot" y quizá "La fanciulla del West" (La muchacha del Oeste).  

No obstante que forma parte de ese acervo de títulos que han sido olvidados injustamente, la ópera comienza a interpretarse con mayor frecuencia y sus incuestionables méritos musicales y dramáticos comienzan a hacerse evidentes, indicó.  

Según Vela Martínez, es muy significativo que el Met de Nueva York programe "La Rondine" con una producción llamativa y un reparto muy destacado, pues de alguna manera puede empezar a figurar de manera recurrente en la programación regular de los grandes teatros.  

"Dentro del corpus integral de obras puccinianas, la mayoría han sobrevivido en el transcurso del tiempo, esto es una prueba de fuego y no es cosa menor, porque además algunas de ellas, como 'La Bohéme', 'Tosca', 'Madama Butterfly' y 'Turandot', están entre las óperas más representadas de todos los tiempos".  

Esto habla no sólo de la capacidad de manufactura para lograr obras maestras y para hacerse gustar por el público. La permanencia implica que se ha trascendido los límites de una moda determinada", precisó.  

El especialista contó al público que fue en 1913 cuando la àpera de Viena le encargó a Puccini componer una opereta. Sin embargo él decidió hacer una ópera cómica, teniendo mente en "El caballero de la rosa", de Richard Strauss (1864-1949), con quien siempre mantuvo una rivalidad creativa. 

Debido a que en mayo de 1915 Italia declaró la guerra contra el imperio Austro-Húngaro, La Rondine ya no pudo ser estrenada en Viena. Así que Puccini llegó a un acuerdo con los austriacos y la ópera se estrenó con éxito en territorio neutral, en Monte Carlo.  

Sin embargo, con el tiempo "La Rondine" se convirtió en una de las óperas más abandonadas de la fase madura de Puccini. Para muchos la culpa es del libreto, que parece una mezcolanza de partes de otras grandes óperas, pues tiene el mismo tema de "La Traviata", de Verdi: una cortesana abandona la sociedad parisiense para vivir con su verdadero amor, pero al final acaba perdiéndolo.  

También retrata, como en "La Bohéme", a dos parejas: una idealista y cariñosa, la otra petulante y ácida. También recuerda a la criada Adele, de la opereta "El Murciélago", de Johann Strauss.  

Otro de las cosas que cuestionaron los críticos a "La Rondine", fue que su final es muy triste para ser una comedia, pero también es un poco trivial para ser una tragedia. Ni siquiera el mismo Puccini había quedado satisfecho con la conclusión de la ópera, pues después del estreno, en 1917, continuó remendándola.  

Entre los cambios que consideró estaba la idea de un tercer acto completamente nuevo en el que Ruggero, uno de los protagonistas, descubriría el pasado de Magda a través de una carta anónima y después la abandonaría. Al final Puccini decidió quedarse con su final agridulce.  

"La Rondine", de Giacomo Puccini, contará con la participación de los cantantes Angela Gheorghiu y Roberto Alagna, así como con la dirección de orquesta de Marco Armiliato. La transmisión en el Auditorio Nacional, en vivo desde el Met de Nueva York, se llevará a cabo el sábado 10 de enero.